La notable, y repetida actitud indiferente de las autoridades en general ante los problemas más sensibles de la población, hacen perdurable padecimientos ciudadanos, primordialmente lo relacionado a la salud pública regional. Hasta el momento no se ha mostrado real interés y acción hacia el sustancial servicio, lo que queda notorio en la carencia de equipos, medicamentos, médicos, y primordialmente de voluntad por hacer algo para mitigar necesidades.
Desde la intendencia municipal hasta referentes sanitarios, han mostrado históricamente pocas ganas de pelear enserio y coordinadamente por dar solución a los problemas más graves del ámbito, siendo esa la verdadera carencia en salud pública. La desidia compartida tiene consecuencias peligrosas sobre la salud pública, teniendo un claro ejemplo en la pobreza casi permanente del Hospital Regional, que desde siempre funciona a los tumbos.
Todo lo que guarde relación con equipos de alta complejidad médica que posee el centro asistencial estatal, que quizás en número representen muy poco, poseen mucho valor a la hora de salvar vidas, por lo que es más que prioritario que al menos se los deje en condiciones, es decir operativos. Lastimosamente, la flojedad de las autoridades sanitarias, secundada por las del Gobierno Comunal, constantemente hacen inoperantes a estos equipos, pues no puede ser que no se contemplen cuestiones básicas de mantenimiento, o provisión de insumos.
El desinterés hace que la ciudadanía en general esté librada a su entera suerte. La realidad de salud en nuestro departamento está marcada no solo por necesidades materiales, sino por la poca entrega de administradores a la hora de dirigir las instituciones como corresponde. Falta voluntad de algunos directores en asumir sus responsabilidades y tener capacidad de gestión, de exigir a los de la clase política a cumplir con obligaciones desde el Consejo Distrital de Salud.
Es fácil expresar quejas y congratularse por ello, pero ocuparse en dar respuestas efectivas es de patriotas y de verdaderos directores o titulares de instituciones. Emprender los proyectos a pesar de las dificultades, no es algo extraordinario, sino propio de obligaciones emanadas de funciones. Conformarse con lo poco, es para mediocres. Lo fundamental sigue siendo la voluntad, es lo que remueve obstáculos pues obliga a idear soluciones.
Dificultades y carencias siempre existirán en la labor de rubros oficiales de alta sensibilidad, por lo que el deseo de cumplir con metas y obligaciones, deberá superar la práctica de marcar tarjetas y salir. Cuando uno asume un cargo debe ser consciente que la tarea no será fácil, y que despojarse de sí mismo en beneficio general es la regla. Si ello no prima, la administración pública no es el ámbito adecuado de labores.
Se precisa más entrega de representantes, y menos actitudes egoístas, e envidiosas que solo conducen a generar pobreza y dolor en la sufrida gente. Tener voluntad es ver que acciones conjuntas dirigen a soluciones más eficaces a problemas, que vistos desde un solo cristal parecen extremos. Si prevalece la aspiración de ayudar al próximo, hay que hacerlo saber trabajando en conjunto Ministerio de Salud, Intendencia, Gobernación y ciudadanía. Si prevalece la voluntad, habrá acción cuanto menos para paliar los problemas sanitarios de la región.
