La combinación para Turquía está definida. Si empata estará en octavos de final. No va más allá de la fase de grupos desde 2008, cuando llegó hasta las semifinales en la edición de Austria y Suiza, derrotada finalmente en esa ronda por 3-2 por Alemania. Si pierde deberá acompañarla una victoria de Portugal, la líder del cuarteto, sobre Georgia, ahora última, para esquivar el fondo de la tabla y la eliminación.
Los cálculos de la República Checa también son claros, aún más exigentes, puesto que sólo le vale la victoria para garantizarse un sitio en las eliminatorias. En ese caso sería segunda de su cuarteto. Para ser tercera podía bastarle un empate, pero dos puntos son un riesgo más que evidente de quedarse fuera de los cuatro mejores terceros, aunque aún pueda dar, visto el desempeño de Croacia.
“Arda no estaba en condiciones de jugar, lo digo claro. Arda Güler no estaba en condiciones de jugar más de 30 minutos porque multiplicaba el riesgo”, se defendió el pasado sábado Vicenzo Montella, el técnico de Turquía, después de la derrota contra Portugal por 0-3, cuando reservó a la emergente estrella, apenas cuatro días después del golazo frente a Georgia.
La titularidad de Güler zanja el debate, siempre que el resultado sea el esperado en el duelo de este miércoles en el Volksparkstadion de Hamburgo, donde Turquía volverá a contar con decibelios de apoyo, quizá en menor medida que en la Cuenca del Ruhr, donde ha disputado sus dos primeros encuentros con un apoyo masivo en el Westfalen de Dortmund y donde vive un millón de los tres de ciudadanos turcos en Alemania.
República Checa pide paso
La República Checa también tiene dudas. Patrick Schick, su goleador, se retiró lesionado por un tirón muscular en el último partido contra Georgia. Pidió el cambio de inmediato. Una vez hechas las pruebas, no está descartado para la competición el atacante del Bayer Leverkusen, cuya participación ante Turquía es una de las incógnitas, aunque parece difícil.
Sólo suma un punto el conjunto dirigido por Ivan Hasek, que falló una cantidad inusual de ocasiones en el choque contra el conjunto georgiano y el heroico Giorgio Mamardashvili, con una decena de intervenciones desesperantes para la República Checa. Y se ve ahora ante el abismo de la eliminación si no es capaz de ganarle a Turquía, cuando dominó el marcador ante Portugal hasta la remontada y mereció más que el punto ante Georgia.