Continúa el culebrón con las monjas de Belorado, la congregación de hermanas que se ha rebelado contra el arzobismo de Burgos, al que denunciaron por abuso de poder, usurpación de representación legal y vulneración del derecho de libre asociación.
Si bien las monjas tendrían que haberse presentado al Tribunal Eclesiástico de Burgos días atrás, estas remitieron una petición para ampliar el plazo. Un plazo que se agota este viernes 21 de junio de 2024.
El grupo de religiosas se enfrentan a un proceso canónino que podría terminar en su excomunión, siendo este el peor de los desenlaces para las monjas de Belorado. La tensión se incrementa, ya que el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, en su rol de comisario pontificio, había exigido una copia de las llaves del monasterio el pasado 6 de junio, solicitud que las hermanas no han cumplido.
La comunidad está en una encrucijada, pues además de las posibles sanciones, han decidido seguir a Pablo de Rojas Sánchez-Franco y la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, grupo que no está en comunión con Roma. Además, la situación se complica con las citaciones a las demás hermanas de la congregación, quienes también deberán declarar por el proceso canónico.
El arzobispado ha negado represalias económicas, mientras las monjas, preocupadas por su seguridad, han solicitado protección privada. Este viernes será decisivo para determinar el futuro de las hermanas clarisas de Belorado y el desenlace de este conflicto con la Iglesia católica.