Laboratorios farmacéuticos en India y China se preparan para distribuir medicamentos parecidos al Ozempic a mitad del precio del producto original. Los biosimilares del tratamiento contra la diabetes, más famoso por haberse convertido en un medio para bajar de peso, podrían, además, ser versiones mejoradas para competir contra la más conocida.
En solo dos años, la semaglutida, comercializada como Ozempic, se convirtió en el fármaco de moda en redes sociales para bajar de peso. Su efectividad radica en que emula la hormona GLP-1, que ralentiza el tránsito intestinal y fomenta la sensación de saciedad. Al suministrarla, las personas experimentan menos hambre y comienzan a perder grasa corporal en un periodo relativamente corto. Según Nature, los tratamientos basados en inyecciones semanales de semaglutida pueden conducir a una reducción de la masa corporal de entre un 12% y un 18%.
La molécula que emula la hormona GLP-1 se desarrolló originalmente como un tratamiento para la diabetes. Sin embargo, sus propiedades adelgazantes se convirtieron en un secreto que se difundió como rumores entre las celebridades de Hollywood. Luego, en TikTok sus resultados se hicieron virales. La alta demanda provocó escasez de semaglutida y, como consecuencia, un aumento en su costo. Actualmente, un mes de tratamiento con Ozempic cuesta mil dólares, en promedio.
Fármacos como la semaglutida, más conocidos comercialmente como Ozempic o Wegovy, pueden ser tratamientos de por vida para la obesidad, pero datos de que disponemos sugieren que la gente no los toma durante mucho tiempo. ¿Por qué?
No más protección de patente de la semaglutida
La protección de la patente de la semaglutida expirará en China e India en 2026. Las compañías de estos países ya se preparan para distribuir medicamentos con funciones análogas a Ozempic. Estos futuros fármacos no serán “genéricos”, que son copias exactas de la fórmula con marca. En su lugar, proponen la alternativa de los biosimilares: medicamentos con un origen distinto pero equivalentes en estructura molecular, actividad farmacológica, eficacia y seguridad.
Los países no caminan sobre territorio desconocido. Las farmacéuticas chinas e indias ya han diseñado y aprobado biosimilares de productos para adelgazar. Su experiencia comenzó en 2021 cuando terminó la protección de la patente de la liraglutida. Dicho medicamento, aprobado en 2014 por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), fue el primer fármaco basado en la emulación de la hormona GLP-1.
En India, se lanzó el medicamento ‘Lirafit’, un biosimilar de la liraglutida. Glenmark Pharmaceuticals, la compañía que lo produce, asegura que cuesta 1.2 dólares al día, un 70% menos que la terapia original. En China, se aprobaron dos biosimilares, el ‘Liliping’ y el ‘Feisumei’, basados en una molécula nueva llamada beinaglutida.
Abhijit Zutshi, director comercial de la farmacéutica india Beicon, anticipa que una vez liberada la semaglutida, su precio disminuirá significativamente. “Aún está por verse cuánto bajará el costo. Podría reducirse a la mitad o incluso a una décima parte del precio actual. Si los medicamentos son más asequibles, más personas los consumirán, lo que aumentará la demanda”, explicó a Nature.
En busca del mejor medicamento
Al menos media docena de empresas farmacéuticas en China han revelado ensayos de biosimilares de la semaglutida. Algunas incluso buscan mejorar la molécula que emula la GLP-1. Por ejemplo, según fuentes de Nature, hay medicamentos experimentales que, además de extender la sensación de saciedad, aumentan el metabolismo y favorecen la quema de tejido graso. El Mazdutide (aún en fase experimental), basado en Ozempic, podría llegar a fomentar una pérdida de peso corporal del 19% en un año, adelantan.
Mientras llegan las versiones económicas y posiblemente mejoradas del Ozempic, en redes sociales se debate intensamente sobre el mejor sustituto económico disponible. Entre ellos, la berberina se ha vuelto popular, aunque su venta libre ha generado preocupación entre los médicos de todo el mundo.