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La microgravedad y las condiciones extremas de la radiación en el espacio exterior brindan excelentes posibilidades de estudio en el desarrollo de diferentes terapias para enfermedades.
El actual administrador de la NASA, Bill Nelson, que en 1986 llevó a cabo un experimento de crecimiento de cristales de proteínas en el espacio, comentó a Fox News, en una entrevista difundida este jueves, que “hay mucho entusiasmo acerca de este y muchos otros tipos de investigaciones” que se llevan a cabo en la Estación Espacial Internacional (EEI). También lamentó que “haya tardado tanto” en concretarse la idea de tener un laboratorio permanente en el espacio exterior.
Nelson asegura que la exposición a la microgravedad del fármaco anticancerígeno Keytruda (Pembrolizumab), desarrollado por la empresa Merck, ha hecho que el medicamento sea más eficaz y más fácil de administrar a los pacientes.
“Les ha dado la capacidad de concentrar el medicamento real en una inyección en el cuerpo en lugar de un proceso muy, muy largo de alimentación intravenosa, a través de un líquido”, señala Nelson. “La administración de ese fármaco se puede hacer mucho más rápida, mucho más directa y más eficaz “, agregó el alto funcionario.
Estudiar el envejecimiento
Por su parte, Daniel Lockney, del Programa de Transferencia de Tecnología de la NASA, expresó este viernes al mismo medio que “los efectos de la microgravedad y la radiación en el cuerpo imitan el envejecimiento. Por lo tanto, estamos entendiendo mucho de lo que le sucede al cuerpo en el espacio, lo que le sucede al cuerpo a medida que envejece”. El funcionario explicó que a medida que envejecemos, podemos encontrar nuevas enfermedades.
Investigación con células madre
“El cultivo de células madre ha sido un gran desafío en el laboratorio”, afirmó el Dr. Abba Zubair, especialista en patología y medicina de laboratorio de Mayo Clinic (EE.UU.). “No hemos podido expandir las células lo suficiente como para decir que un donante puede donar a varios pacientes. Entonces, comenzamos a pensar fuera de lo común y pensamos: ‘Tal vez necesitemos salir del mundo porque la gravedad está en todas partes’“.
Este año la investigación de Zubair llegó a los laboratorios de la EEI. “Hay alguna evidencia [de] antes que muestra que la ausencia de gravedad puede estimular que las células crezcan de manera diferente, pero la otra razón es simplemente mi sueño de la infancia. Siempre quise ser astronauta. Siempre [quise] ir al espacio”, subrayó Zubair, y agregó: “Así que tengo un problema clínico y tengo pasión por el espacio… Dije: ‘Bueno, ¿por qué no vemos si el entorno espacial puede resolver algunos de nuestros desafíos en la Tierra?'”.
“Cuando las células madre son parte de un tejido del cuerpo, digamos tejido mamario al que se le ha infundido cáncer”, expone Nelson, “podemos formar un tejido en 3D… y como resultado de eso, pueden luego viajar en el espacio”. “Usé diferentes medicamentos en ese [tejido 3D] y determiné cuál es el más efectivo“, subrayó. Nelson indica que los científicos esperan utilizar el mismo método de prueba para el párkinson, el cáncer cerebral y otras enfermedades.
Los accidentes cerebrovasculares
Zubair añadió que también esperaba aprender más sobre el tratamiento de pacientes con accidente cerebrovascular. “El derrame cerebral es algo que personalmente me importa porque fue lo que mató a mi madre prematuramente”, explicó. “He estado buscando maneras, en mi propia disciplina y campo, de contribuir a abordar los accidentes cerebrovasculares”, añade. “Estoy esperando hacer mi experimento yo mismo. Así que, por favor, llévenme a [la] Luna o a la EEI“, dijo Zubair.