Se llamó a las autoridades de una zona residencial de Camp Hill, Pensilvania, después de que vieran a un oso negro suelto. Una escuela cercana se percató de la presencia del oso, y los socorristas dijeron a los niños y al personal que permanecieran dentro.
El oso se escabulló hacia un árbol, donde los rescatadores de animales y los bomberos se unieron para acercar una escalera al oso y poder administrarle un tranquilizante. Desde allí, los funcionarios montaron un trampolín con una lona azul, dejando que el oso cayera sano y salvo al suelo.
Volvieron a sedar al animal antes de trasladarlo lejos de la zona residencial. Se espera que lo trasladen a algún lugar del centro de Pensilvania. Al joven oso le espera una larga siesta antes de despertar en otro lugar completamente distinto. Menuda aventura sonámbula.
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