Larissa Riquelme, la eterna novia del mundial, muy nostálgica tras conocer una historia de una familia a la que decidió ayudar con un carrito de comidas rápidas, recordó que antes de llegar a ser quien es hoy: se dedicaba a juntar latitas con sus hermanos y a vender empanadas. “Con solo ver su historia, me recordó cuantas veces me he levantado temprano para seguir adelante y seguir mis sueños vendiendo empanadas, juntando latitas con mis hermanos, hoy solo quiero que ellos tengan un lugar mejor”, destacó la top.
La influencer y modelo también consiguió una silla especial a un joven que la necesitaba.