Una nueva oleada de auroras boreales podría volver a visualizarse sobre la Tierra durante la primera semana de junio. La misma mancha solar que generó la tormenta geomagnética de mayo apuntará de nuevo hacia el planeta y, por tanto, las probables expulsiones de materia coronaria podrían causar fenómenos similares a los de mayo.
La mancha solar responsable de las auroras boreales del mes pasado es conocida como la región activa 3,664. Es gigante en relación con la Tierra: hasta 15 veces más ancha que esta. La mancha no desapareció, sino que dejó de “mirar” hacia el planeta debido al movimiento rotacional del Sol, con una duración aproximada de 27 días. Es decir, la región está por finalizar una vuelta completa y de nuevo tomará la posición que desencadenó las luces del norte en latitudes donde normalmente no se visualizan.
De acuerdo con el físico Ryan French, en una consulta para LiveScience, el 6 de junio la región activa 3,664 se alineará con la Tierra para abrir una “ventana de posibilidad” para la generación de una tormenta solar. La fecha coincide con la Luna nueva y se podría extender durante 48 horas.
¿Volverán a aparecer las auroras boreales en todo el mundo?
Que el planeta y la mancha solar coincidan no asegura la presencia de auroras boreales. Para que un evento similar al de principios de mayo vuelva a ocurrir, es necesario que de la región activa emanen múltiples expulsiones de materia solar, y de ellas se desprenda viento con partículas cargadas. Durante el fin de semana del 10 al 12 de mayo, en total impactaron cinco tormentas solares sobre la Tierra simultáneamente, sin repercusiones graves en las telecomunicaciones.
La mancha solar 3,664 tiene un historial de alta actividad. Hace unas semanas, expulsó una enorme llamarada con magnitud X8.7, la más grande registrada en lo que va del ciclo 25 del Sol. Para contrastar, las llamaradas que ocasionaron las tormentas geomagnéticas del mes pasado tenían las clasificaciones X1, X2 y X3. Si bien hay cierta certeza sobre la intensidad de las manchas solares actuales, no es así en relación con el material que puedan arrojar en los próximos días. Las llamaradas futuras son un misterio para quienes monitorean la actividad solar, y no existe un método confiable que pronostique su magnitud o frecuencia.
Los interesados en buscar auroras boreales deberán estar al tanto de las instituciones encargadas de la supervisión del clima solar. El Centro de Predicción del Clima Solar de la NOAA o el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA son dos de las opciones más confiables.
El 3 de junio, la NOAA anunció una tormenta geomagnética de nivel G1, la más débil en la actual escala. Fue provocada por una eyección de masa coronal proveniente del Sol el 1 de junio y pudo alcanzar la Tierra el 4 de junio. No hubo reportes sobre afectaciones derivadas de las partículas cargadas de la estrella. El evento de mayo originó una tormenta geomagnética de nivel G4.
Hasta el 5 de junio, el Centro de Predicción del Clima Solar no ha emitido ningún comunicado respecto a la mancha solar 3,664. Sus sistemas indican que la actividad solar se mantiene sin novedades.