El desarrollo y el progreso a nivel departamental dependen en gran medida del correcto uso de los recursos y equipamientos proporcionados por el gobierno central. Entre estos recursos, las maquinarias para obras públicas y desarrollo infraestructural desempeñan un papel crucial, por la postergación histórica de comunidades locales. Sin embargo, es imperativo que su uso no sea objeto de discriminación política y que se optimicen los resultados en beneficio de todos.
Las maquinarias entregadas a los gobiernos departamentales son herramientas esenciales para mejorar la infraestructura, desde la construcción y mantenimiento de caminos hasta la gestión de proyectos de desarrollo urbano y rural. Estas máquinas representan una inversión significativa de fondos públicos, que si bien provienen de Itaipú, no dejan de ser públicos, y su uso eficiente puede traducirse en mejoras sustanciales en la calidad de vida de los ciudadanos. Un uso adecuado permite que las obras se completen en tiempo y forma, reduciendo costos y evitando el deterioro prematuro de las inversiones realizadas.
Es alarmante que, en algunos casos, el uso de estas maquinarias esté influenciado por afiliaciones políticas, como casi siempre se ha dado. Esta práctica no solo es injusta, sino que también es contraproducente para el desarrollo del país.
Los recursos estatales, incluidos los equipos y maquinarias, deben estar al servicio de toda la comunidad sin importar las inclinaciones políticas de los que están al frente de administraciones. La discriminación en la asignación y uso de estos recursos puede generar desequilibrios y resentimientos, además de socavar la confianza en las instituciones públicas, perjudicando únicamente al pueblo.
Para garantizar que las maquinarias entregadas se utilicen de manera óptima, es esencial implementar mecanismos de transparencia y rendición de cuentas.
De la misma forma, establecer sistemas de monitoreo para evaluar el uso de las maquinarias y los resultados obtenidos, permitiendo realizar ajustes cuando sea necesario, forma parte de la optimización de recursos, así como programar y ejecutar mantenimientos periódicos para prolongar la vida útil de las maquinarias y prevenir fallas que puedan retrasar proyectos importantes.
Utilizar criterios objetivos y transparentes para la asignación de maquinarias, basados en las necesidades reales de cada municipio y no en consideraciones políticas, no es solo pedido del Presidente de la República sino de la comunidad paraguaya. Involucrar a la ciudadanía en la supervisión de los proyectos, fomentando su participación y asegurando que las obras respondan a las necesidades de la población, es lo único apropiado si en verdad hay deseo que se proyecte un mejor Alto Paraná.
El desarrollo equitativo y sostenible de Paraguay depende de la correcta gestión de los recursos públicos.
Todos los actores involucrados, desde las autoridades gubernamentales hasta la ciudadanía, deben colaborar para garantizar que estos recursos se utilicen de manera justa y eficaz, de modo a que los resultados sean los esperados, pues al final las necesidades alcanzan a todos, y no solo de un sector político.
Esta es la forma de construir un Paraguay más justo, inclusivo y desarrollado.