Sin embargo, las energías renovables siguen necesitando pasar por la red eléctrica, que se está convirtiendo en un cuello de botella, especialmente en Europa, a medida que una oleada de productores de renovables intenta conectarse para alimentar la demanda de la transición verde en multitud de sectores. “Nos vamos a encontrar con restricciones energéticas”, predijo Mark Zuckerberg, CEO de Meta, en un podcast en abril. En Davos este año, Sam Altman, CEO de OpenAI, también advirtió de que el statu quo no iba a ser capaz de proporcionar a la IA la energía que necesitaba para avanzar: “No hay forma de llegar hasta ahí sin un gran avance”, expresó en un evento de Bloomberg.
Los operadores de la red están diciendo esencialmente lo mismo. El proveedor estatal de electricidad irlandés Eirgrid citó problemas de red cuando impuso una moratoria efectiva a los centros de datos de Dublín hace dos años. Cuando el ayuntamiento de Ámsterdam introdujo una pausa similar, la Asociación Holandesa de Centros de Datos, un grupo del sector, contraatacó: “La actual congestión de la red en Holanda Septentrional está bloqueando el crecimiento del sector de los centros de datos”, afirmó en un comunicado.
En su búsqueda de espacio en la red, los centros de datos se están trasladando a zonas de Europa donde su llegada es más llamativa, con el riesgo de que las comunidades más pequeñas reaccionen cuando aparezcan. Según Simon Hinterholzer, investigador del Instituto de Innovación y Sostenibilidad Borderstep de Alemania, esta tendencia ya es visible en Alemania: “En el pasado, la gran mayoría de los nuevos centros de datos se construían en Frankfurt. “Señala un centro de datos de 300 megavatios que se está construyendo en la pequeña ciudad de Wustermark, así como la última inversión de Amazon en Brandenburgo, región limítrofe con Berlín donde el año pasado se instalaron más de 70 turbinas.
Hambre de energía
Para hacer frente a la situación a largo plazo, hay más demandas para que los centros de datos encuentren formas de sobrevivir fuera de la red. “El tamaño de los proyectos de Inteligencia Artificial es cada vez mayor, alcanzando hasta 1 gigavatio de potencia, que no puede ser suministrada por las redes eléctricas tradicionales”, afirma Ricardo Abad, fundador del centro de datos, Quark, quien está trabajando en un nuevo emplazamiento en España con un socio no identificado que podrá generar su propia energía mediante energía solar y eólica in situ. Este tipo de proyectos in situ siguen estando técnicamente conectados a la red (en caso de que quieran descargar el exceso de energía), pero tienen capacidad para funcionar de forma independiente, asegura.
El mismo año en que Dublín anunció restricciones a los centros de datos, Amazon inauguró su mayor parque solar in situ, que abarca el tejado y el aparcamiento de su centro de distribución de Sevilla (España). El director de estrategia de ubicación de centros de datos de Google en Europa también ha expresado su interés por las energías renovables in situ para su próxima generación de granjas de servidores. Microsoft y Meta han negado tener proyectos totalmente aislados de la red. Pero en Dublín, Microsoft está construyendo un centro de datos junto a su propia central eléctrica de gas de reserva, lo que significa que el centro puede seguir funcionando aunque el operador de la red lo desconecte.
En el futuro, tecnologías como los reactores nucleares avanzados, las fuentes de energía renovables y las soluciones de almacenamiento de energía serán cruciales para hacer esto posible”, sostiene Kilian Wagner, experto en infraestructuras digitales sostenibles de la asociación digital alemana Bitkom. Altman, de OpenAI, ya es inversor en Helion Energy, una empresa estadounidense de fusión nuclear que también ha acordado suministrar a Microsoft 50 megavatios de electricidad de su primera planta nuclear de fusión, una vez que esté operativa. En Estados Unidos, Microsoft ya ha estado experimentando con pilas de combustible de hidrógeno, promocionándolas como una forma de respaldo energético sin emisiones.
No está claro lo que supondría para el resto de nosotros que las granjas de servidores se desconectaran de la red. Las grandes empresas tecnológicas podrían dar con la fuente de energía limpia del futuro. Hasta que lo descubran, no podrán salir de la red.
Artículo publicado originalmente en WIRED. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.