SpaceX ha lanzado con éxito un nuevo enjambre de “satélites espía” que servirán a la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) de Estados Unidos. Los artefactos pretenden optimizar las tareas de vigilancia espacial de la agencia del Departamento de Defensa de aquel país.
Los dispositivos despegaron a bordo del cohete Falcon 9 de SpaceX desde la base de la Fuerza Espacial Vandenberg, ubicada al sur de California. Northrop Grumman participa en el proyecto. Se trata de un conglomerado estadounidense de empresas aeroespaciales y de defensa que diseña, desarrolla y construye diversos sistemas de ciberseguridad, radares, aviones y naves espaciales. Es el cuarto mayor contratista de defensa militar de los Estados Unidos y el principal constructor de buques de guerra.
De acuerdo con un reportaje de The Wall Street Journal, los rusos compran las terminales a intermediarios, incluso en el mercado negro, y “entregan el hardware de SpaceX en el frente”.
Un informe de Reuters indica que la empresa espacial de Elon Musk está construyendo centenares de satélites para la NRO. La intención es desarrollar un sistema en órbita capaz de detectar objetivos en tierra en casi cualquier parte del mundo. La agencia de noticias dijo en marzo que “los satélites comparten esos datos con los servicios de inteligencia y militares”. El reporte coincide con un artículo de The Wall Street Journal publicado en febrero que aseguraba que SpaceX había “firmado un contrato clasificado con el Gobierno de Estados Unidos con un valor de 1,800 millones de dólares en 2021”.
La NRO declaró a principios de este año que estaba “desarrollando el sistema de inteligencia, vigilancia y reconocimiento desde el espacio más capaz, diverso y resistente que el mundo haya visto jamás”.
El programa estaría relacionado con Starshield, una iniciativa que SpaceX describe como “red de satélites segura para entidades gubernamentales” que cuenta con un sistema de encriptación avanzado. “Utiliza una capacidad criptográfica adicional de alta protección para alojar cargamentos clasificados y procesar datos de forma segura, cumpliendo los requisitos gubernamentales más exigentes”, explica la empresa en su sitio web.
La alianza de SpaceX se ha posicionado como una empresa en la que el Gobierno de Estados Unidos confía para garantizar la seguridad nacional. El programa también reabre el debate sobre la ética en el uso de los satélites espaciales en las operaciones militares a nivel mundial.