Los Barakat, clan familiar de origen libanés, mantienen sus operaciones comerciales y financieras desde Ciudad del Este, pese a haber sido señalados en informes de organismos de seguridad, incluso de EE.UU., por su afinidad y activa colaboración económica con la organización musulmana chií proiraní, Hezbollah.
Los integrantes del mismo llegaron a la zona de la Triple Frontera hace varios años, creando una red de empresas en la capital de Alto Paraná, qué según los datos de inteligencia, mantiene una significativa afinidad con el extremismo islámico. De hecho, referentes familiares cuentan con múltiples antecedentes criminales de índole internacional.
El líder del clan familiar está identificado como Assaad Ahmad Barakat, quien incluso llegó a obtener la nacionalidad paraguaya. Fue preso el 22 de junio de 2002 en Foz de Yguazú, acusado por asociación criminal y evasión de impuestos y extraditado al Paraguay en noviembre de 2003 con la expresa condición de que la Justicia no podía procesarlo por asociación criminal.
Fue condenado a la pena de 6 años por evasión impositiva. Por este motivo, la Corte Suprema de Justicia (CSJ), el 13 de junio del 2007, cesó su nacionalidad paraguaya. Compurgo su pena hasta junio del 2008 en la Agrupación Especializada.
En julio de 2018 –una década después de que quedara libre en Paraguay–, Assaad Ahmad Barakat reapareció mediáticamente luego de que la Unidad de Información Financiera (UIF) de la República Argentina congelara los bienes y el dinero de él y de otros 13 miembros de su “Clan Barakat” (varios viviendo en Paraguay), acusados de haber reiniciado sus actividades delictivas en la Triple Frontera, como el contrabando, falsificación de dinero y documentos, extorsión, tráfico de estupefacientes, tráfico de armas, lavado de activos y financiamiento del terrorismo.
El 30 de agosto del 2018, la fiscal Irma Llano imputó a Assaad Ahmad Barakat por producción mediata de documentos públicos de contenido falso en calidad de autor, en el caso de la obtención irregular de un pasaporte paraguayo a su nombre, que le fue otorgado por la Policía Nacional.
Esa institución, a su vez, alegó que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) nunca comunicó oficialmente que le había retirado 10 años antes la nacionalidad a Barakat. Fue capturado en Foz de Yguazú, Brasil, en septiembre de ese mismo y extraditado a Paraguay en Julio del 2020.
Por este caso, fue condenado a 2 años y 6 meses de pena privativa de libertad por la comisión de los hechos punibles de producción mediata de documentos públicos de contenido falso y uso de documentos públicos de contenido falso.
Los agentes fiscales Irma Llano y Marcelo Pecci representaron al Ministerio Público en la audiencia realizada vía medios telemáticos. Posterior a esto, fue expulsado del país a través del Puente de la Amistad, sin embargo, se mantiene la sospecha de que él mismo sigue ingresando a territorio nacional a través de la misma pasarela internacional.
Otro de los integrantes del “Clan Barakat” que se encuentra señalado por varios organismos de seguridad, es Mohamad Fayez Barakat, quien también centra sus operaciones comerciales y financieras en Ciudad del Este. Se trata del propietario de la conocida firma Big Boss International Import Export.
En el año 2006, fue sancionado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Fue acusado por el exministro del Interior, Rogelio Benítez, de fingir un secuestro en el año 2007. El exalto funcionario además manifestó que Mohamad Fayez debería estar “preso e investigado”.
Un dato que revela una amplia coincidencia, es que varios integrantes de la familia poseen sus respectivos locales comerciales en el Shopping Uniamérica de la capital décimo departamento. Según informes internacionales, los Barakat se encuentran fuertemente ligados al financiamiento del terrorismo, debido a sus supuestas conexiones con altos mandos del Hezbollah.
Estados Unidos ha expresado desde hace tiempo su preocupación por las actividades islamistas entre la comunidad árabe en la región donde confluyen Brasil, Argentina y Paraguay, remarcando la presencia del “Partido de Dios”. Tanto el Departamento de Estado e igualmente el Departamento del Tesoro de EE.UU., vinculan a varios integrantes del Clan Barakat con el financiamiento del extremismo islámico.
De hecho, la familia fue sindicada por liderar en América Latina y el Caribe las operaciones principales del Hezbollah, e incluso habrían enviado grandes sumas de dinero al grupo considerado terrorista, y las transferencias habrían llegado al Líbano e Irán. Además de su papel directo en la recaudación de fondos, los Barakat mantendrían fuerte control financiero adjunto de varias mezquitas instaladas en el Brasil.