John Hertig, profesor asociado de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Salud de la Universidad Butler, indica que existen miles de farmacias online que operan en cualquier horario y que la inmensa mayoría de ellas son ilegales: a menudo, los sitios web venden medicamentos no aprobados por la FDA o no tienen licencia en el país al que venden.
“El otro gran problema que vemos en términos de ilegalidad es no exigir receta médica”, comenta Hertig. “Se ve mucho de esto: ‘fácil, sin complicaciones, proceso sencillo, no hace falta un médico’. Eso es ilegal”. Normalmente, las cuentas que proclaman vender medicamentos a través de plataformas no oficiales, como las de Eventbrite, no lo realizan de forma legítima, resalta Hertig, y eso conlleva riesgos sobre si lo que venden es seguro o no.
Además de los sitios web, quienes decían vender servicios ilícitos en Eventbrite animaban a la gente a chatear en privado por WhatsApp o Telegram. Nuestro análisis identificó hasta 60 cuentas únicas de Telegram y 65 números de WhatsApp en el conjunto de datos. Joshua Breckman, vocero de WhatsApp, declara que la plataforma alienta a sus usuarios a informar sobre actividades sospechosas y que responderá a las solicitudes pertinentes de las autoridades. Telegram no contestó a nuestra solicitud de comentarios.
“Uso Eventbrite para mostrarle a la gente los servicios que vendo”, explica a WIRED en un chat de Telegram la persona que está detrás de una cuenta, cuyo nombre de usuario es “Usa Best Vcc”. “Eventbrite me ayuda al 100% a hacer llegar mis servicios a las personas”. La cuenta, que alega ofrecer cuentas de redes sociales y bancarias y que enumera más de una docena de aplicaciones, ha hecho que su nombre de usuario de Telegram aparezca en más de 200 páginas de Eventbrite, según los resultados del motor de búsqueda. También tiene su propio sitio web, dirección de Gmail y cuentas de Skype y WhatsApp.
Del mismo modo, un número de WhatsApp de India apareció en 123 anuncios casi idénticos en Eventbrite. El número de teléfono está vinculado a otros dos números y a un sitio web que parece ofrecer servicios de escorts. Los tres números respondieron a nuestros mensajes y nos preguntaron en qué “zona” o “ubicación” se encontraba un reportero de WIRED. Uno de los números nos envió una serie de fotografías de mujeres y una propuesta de lista de precios por sus servicios.
Es probable que quienes están detrás de las cuentas que publican en Eventbrite no se hayan limitado a la plataforma; muchos también tienen presencia en otros sitios web y servicios donde la gente sube su propio contenido. A menudo incluyen breves resúmenes, repletos de palabras clave que les ayudarían a aparecer más arriba en los resultados de las búsquedas.
Por ejemplo, el vendedor de Usa Best Vcc también tiene publicaciones en Pinterest, Medium, Deviant Art y más. El número de WhatsApp procedente de India también figura en la página online de senderismo AllTrails, en un sitio web de datos abiertos de Public Health Scotland, en Medium y en otros espacios. Ivy Choi, vocera de Pinterest, indica que la compañía eliminó la cuenta y trabaja con rapidez para retirar los contenidos que infringen sus políticas cuando los detecta. AllTrails no quiso hacer comentarios y otras organizaciones no respondieron a nuestra solicitud de réplica.
“Cualquier sitio que permita a un usuario subir su propio contenido encontrará a estos ciberdelincuentes haciendo publicidad, estafando o empleando el sitio para su beneficio personal”, afirma Rachel Tobac, cofundadora y CEO de la firma SocialProof Security. “Los cibercriminales aprovechan el poder del contenido generado por los usuarios (su propia publicidad de drogas) para vender a personas que buscan lo que ellos ofrecen”.
Pugh, de Intelligence for Good, explica que quienes suben las publicaciones a varias plataformas tal vez utilicen herramientas automatizadas para hacerlo, y no introducen manualmente todos sus datos una y otra vez. “Definitivamente se aprecia una diferencia en algunos de los actores más sofisticados que han recurrido claramente a algunas herramientas de manipulación de SEO”, subraya Pugh. Algunos, dice, emplean emojis o términos del slang para evitar la moderación automática de contenidos que establecen las plataformas.
“Cualquier plataforma que invite a su comunidad de usuarios a publicar libremente tiene que ser consciente de que es susceptible de ser usada para fines no previstos”, agrega Pugh. “Si ofreces una plataforma e instas a la comunidad a participar, tienes la responsabilidad de mantenerla segura”.
Artículo publicado originalmente en WIRED. Adaptado por Andrei Osornio.