Todos los competidores ven a don Julián como un ejemplo a seguir.
Era tan solo un adolescente cuando se dio cuenta que era muy creativo y que tenía una habilidad muy desarrollada. Y un día decidió plasmarlo a través de lo que para él es su arte. Siempre pintaba en los papeles y lo hacía con una precisión única. Y ya entrando en la juventud la vida le llevó a hacerse esta pregunta: ‘¿y si pruebo pintar en las paredes de las casas?’ “Para hacer esto tenés que tener pulso y técnica. No es solo agarrar un pincel o rodillo y pintar…”, contó a Crónica.
Y la primera vez, lo hizo de mil maravillas. Pero no solo eso. Asegura que pintar le daba paz, tranquilidad y por sobre todo era una forma de demostrar su talento. Los años pasaron y tomó ese talento como la principal herramienta de la profesión que escogió: ser pintor de obras.
Hoy, a sus 77 años, anda lerdo, apoyado en un bastón, pero su potencia sigue estando en sus manos y en su mente. Su universo sigue girando en torno a baldes, brochas, pinceles y rodillos. Es la forma de escapar del mundo por un rato y sumergirse en sus proyectos.
Esta es la historia de don Julián Romero, quien sigue pintando y ganándose el sustento diario con esta noble labor. Y en los últimos días, el karai decidió participar en la Competencia Nacional de Pintores, donde todos los competidores, muchos más jóvenes que él, lo ven como un ejemplo a seguir.
“El don hay que tomarlo, utilizarlo y alegrarse con él. Vivir de lo que uno sabe hacer es lo mejor, yo lo hice toda mi vida y me siento feliz, es lo que más me gusta”, comentó.
“Destaco mucho el campeonato de pintores. Es algo maravilloso para los que viven de esto porque destacan lo bueno que se puede hacer con este trabajo. Allí aproveché para decirle a a los jóvenes que procuren porque se aprende y se puede vivir de lo que uno sabe hacer”, dijo.
“Hace 54 años que vivo de esto. Comencé en una empresa. Después busqué mejor horizonte y decidí independizarme. Me gusta lo que hago y con esta noble labor saqué adelante a mi familia, a mis siete hijos, cuatro mujeres y tres varones”, sostuvo desde su casa, ubicada en Capiatá. “De chico vivía en Sajonia, en Asunción. Allí pintaba y dibujaba en todas partes, tenía esa imaginación. Quería estudiar, pero no pude no tenía lo suficiente para pagarlo. Pero logré tener trabajo y me fui haciendo camino poco a poco. Nunca paré, hasta hoy en día sigo en esta labor. Pinto paredes, pisos, de todo y en el camino fui aprendiendo las diferentes técnicas”, añadió.
Don Julián dice que antes el trabajo del pintor era más complicado. “Ahora es mucho más fácil. Recuerdo que antes había ese tipo cartitas y con eso teníamos que hacer a mano para sacar el mismo tono de color. Tardábamos horas y horas, pero sacábamos. Ahora tenés más recursos.Es por eso que le digo a los jóvenes que aprovechen esta labor porque hay más herramientas a mano”, expresó.
“A mis 77 años sigo pintando paredes, casas viejas y nuevas, pisos, y pienso hacerlo hasta donde pueda”, finalizó.
Campeonato de pintores
El finde pasado arrancó el Campeonato Nacional de Pintores en Paraguay, con el fin de reconocer la labor que realizan los pintores, evento que genera muchas expectativas. El campeonato seguirá este 25 y 26 de mayo, además de llevar al frente capacitaciones y premiar a los más destacados. Todos los que participen ingresarán a una base de datos para búsqueda de empleo.
Enrique López Arce, quien forma parte de la organización del evento, comentó que se formaron equipos de cuatro personas, entre oficiales y ayudantes, para competir en la aplicación de enduido, texturado y cemento quemado. Habrá premios desde G. 5.000.000.
Informó que para la siguiente jornada se elegirá una escuela pública de la ciudad de Luque, que será completamente pintada en el marco de esta competencia, con el intendente y autoridades del Ministerio de Educación.
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