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Los investigadores están explorando cómo aprovechar las funciones de los automóviles modernos, como el GPS, para hacer que el tráfico sea más seguro y eficiente.
Los cambios en la circulación generados por la masividad de vehículos autónomos en las calles también se podrían traducir en modificaciones en los semáforos, como la incorporación de una cuarta luz. La investigación sobre los beneficios de este sistema avanza en la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.).
El equipo, liderado por el profesor de ingeniería Ali Hajbabaie, trabaja en esta posibilidad de regulación del tránsito, basada en las nuevas características de los autos, como los sistemas de GPS y la conducción inteligente. Para ello, sugirió que se podría incorporar una luz blanca.
“Cuando llegamos a la intersección, nos detenemos si está en rojo y vamos si está en verde”, comentó a AP Hajbabaie, quien agregó que “si la luz blanca está activa, simplemente sigues al vehículo que está delante de ti“. Sin embargo, aclaró que las luces actuales de los semáforos podrían ser suficientes, pero habría que modificarlas, por ejemplo, para que la roja y la verde parpadeen de manera simultánea para indicar la presencia masiva de coches sin conductor.
Pese al avance en el desarrollo de esta iniciativa, Hajbabaie reconoció que para llevarla a la práctica sería necesario que entre el 40 % y el 50 % de los vehículos fuesen autónomos.
En ese sentido, Sandy Karp, portavoz de Waymo, el servicio autónomo de viajes compartidos propiedad de Alphabet, la empresa matriz de Google, señaló la importancia de pensar “creativamente sobre cómo facilitar el despliegue seguro” de los vehículos autónomos. Pero, aclaró que autoridades políticas y administradores de las infraestructuras “deben tener cuidado de no lanzarse demasiado pronto a inversiones específicas” que “puedan resultar prematuras o incluso innecesarias“.
Prueba piloto
Los investigadores de la Universidad de Michigan lideraron un programa piloto en el distrito de Birmingham, en Detroit, en el que utilizaron la información sobre velocidad y ubicación de los vehículos de General Motors, que no son totalmente autónomos, para sincronizar 34 semáforos.
Según explicó Henry Liu, profesor de ingeniería civil en la Universidad de Michigan, pese a que solamente el 6 % de los vehículos estaban conectados al sistema de General Motors, brindaron la información suficiente para ajustar la sincronización de semáforos y mejorar el tránsito. De esta manera, se redujo entre el 20 % y el 30% la cantidad de detenciones en las intersecciones señalizadas.
“Lo bueno de esto es que no tienes que hacer nada con la infraestructura. Los datos no provienen de la infraestructura. Viene de las compañías automotrices”, agregó.
Danielle Deneau, directora de seguridad vial de la Comisión de Carreteras en el condado de Oakland, Michigan, comentó que, aunque los datos iniciales en Birmingham solo permitieron ajustar el tiempo de los semáforos en verde en unos segundos, fue suficiente para reducir la congestión.