La escribana Estela Fornerón denunció temer por su vida, la de su hija y la de la hermana de su colega Carmen Beatríz Ruíz Díaz (34), quien está desaparecida desde la mañana de ayer, al igual que sus hijos de 3 y 5 años. Fornerón indicó que desconocidos llegaron ayer hasta su local ubicado en el barrio San José, tomaron fotografías y luego se retiraron.
En su denuncia, Fornerón indicó que, al volver del lugar del hallazgo del vehículo de su trabajadora, un automóvil de la marca Nissan, modelo Kicks, color plata, con chapa N° CGC-790, inscripto a nombre de César Damián Jiménez Lezcano, asistente de la fiscal Viviana Sánchez, quien investiga la desaparición de Carmen Beatríz y sus hijas.
Según la denuncia, el vehículo estacionó por unos seis minutos en la vereda de enfrente y, luego de que su hija y unas trabajadoras cruzaron la calle para comprar el almuerzo, les tomaron fotografías.
Supuestamente, es una mujer con las características físicas similares a la de Alma Fariña, hija de Noemí Álvarez, ex suegra de la víctima.
VENDIÓ HACE UNA SEMANA
Fornerón fue hasta la unidad de la fiscal Sánchez, quien habló con su funcionario y explicó que el rodado fue vendido bajo contrato privado hace una semana al abogado Richard Rolón, deslindándose de toda responsabilidad por lo ocurrido.
“Yo temo por mi vida, la de mi hija y la de Karen (Ruíz Díaz, hermana de Carmen)”, indicó la escribana, por lo que responsabilizó de cualquier atentado que pueda sufrir a la familia de Noemí Álvarez.
NEGÓ VINCULACIÓN
En conversación con el programa Contra Reloj, el abogado Rolón explicó que el lunes hizo una gestión por venta de otro vehículo en la escribanía Fornerón y que habría olvidado algunos documentos, pero que recién se percató de eso ayer, por lo que fue hasta el local para buscarlo, acompañado de una colega con quien iría a almorzar posteriormente.
“Olvidé el documento en la silla de la escribanía, pero me di cuenta recién ayer. Solicité ayuda a una colega con un proceso y terminada la audiencia le dije para ir a comer algo y luego ir a la escribanía”, mencionó.
Casualmente la hermana de su acompañante, de nombre Carol, es frente a la escribanía Fornerón y “cuando iba a bajarme, vi que estaba cerrada la puerta y había un cartel, bajé la ventana, saqué foto del cartel con el zoom y ahí vi que estaba cerrado por duelo”, siguió.
“Cuando íbamos a salir mi colega saca la foto de la casa de su hermana y ahí estaba esa gente, envió la foto al grupo familiar preguntando cuándo harán la inauguración”, apuntó.
Según el abogado, ya conversó con la escribana para aclarar lo ocurrido y negó tener cualquier tipo de vínculo o si quiera conocer a la familia de Noemí Álvarez, quedando a disposición de lo que precise para aclarar el caso.