Que la razón principal de los terremotos es subterránea y que se debe al movimiento de las placas tectónicas es algo que está ya bien establecido. Pero, ¿es que acaso hay otros factores que pueden influir en cómo y cuándo se desencadenan los terremotos? Según un equipo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, el clima también desempeñaría un papel importante en el desencadenamiento de un terremoto. Su nuevo estudio, publicado en Science Advances, muestra por primera vez cómo determinadas condiciones climáticas, como las fuertes lluvias y nevadas, pueden aumentar el riesgo de terremotos.
¿Qué son los terremotos múltiples?
Para entender esto, los investigadores se centraron en una serie de terremotos registrados en los últimos 11 años en la península de Noto, al norte de Japón. A diferencia de una secuencia sísmica típica, que comienza como un temblor principal y luego da paso a una serie de réplicas antes de extinguirse, la actividad sísmica en esa región desde finales de la década de 2020 se ha caracterizado por un “enjambre sísmico”, es decir, un patrón de terremotos múltiples y continuos sin una sacudida principal evidente. Los investigadores, por tanto, utilizaron primero los datos sísmicos disponibles para tratar de identificar cualquier patrón en el enjambre que pudieran explicar estos terremotos persistentes. A continuación, desarrollaron un modelo hidromecánico de la zona, incorporando datos meteorológicos que incluían mediciones de las nevadas diarias, precipitaciones y los cambios del nivel del mar, para simular la presión del subsuelo en los últimos 11 años en respuesta a los cambios estacionales.
¿Qué relación hay entre los terremotos y el clima?
A partir del análisis posterior, el equipo descubrió que en 2020, y por tanto alrededor de la época en que se cree que comenzó tal enjambre sísmico, la actividad sísmica en la región estaba sincronizada con ciertos cambios en la presión subterránea y que éstos, a su vez, estaban influidos por los patrones estacionales de nevadas y precipitaciones. “Vemos que las nevadas y otros fenómenos ambientales en la superficie afectan al estado de tensión en el subsuelo, y el momento en que se producen precipitaciones intensas se correlaciona con el inicio de este enjambre sísmico”, explica William Frank, autor del estudio. “Así pues, es evidente que el clima influye en la respuesta de la tierra sólida, y parte de esa respuesta son los terremotos“.
El calentamiento global y los fenómenos extremos
Los investigadores especulan que esta nueva conexión entre terremotos y clima podría no solamente afectar a Japón, sino también desempeñar un papel en el desencadenamiento de fenómenos sísmicos en otras partes del mundo. Aunque, señalan los investigadores, el desencadenante principal siempre se originará bajo tierra. “Cuando queremos entender por primera vez cómo funcionan los terremotos, nos fijamos en la tectónica de placas, porque ésa es y siempre será la razón principal por la que se produce un terremoto”, comenta Frank. “Pero, ¿cuáles son los otros factores que pueden influir en cuándo y cómo se produce un terremoto? Es entonces cuando se empieza a recurrir a los factores de control de segundo orden, y el clima es obviamente uno de ellos”.
De cara al futuro, los investigadores también predicen que la influencia del clima en los terremotos podría ser más pronunciada con el calentamiento global y, por tanto, con la intensificación de fenómenos extremos. “Si estamos entrando en un clima cambiante, con más precipitaciones extremas, y esperamos una redistribución del agua en la atmósfera, los océanos y los continentes, esto cambiará la forma en que se somete a tensión la corteza terrestre”, añade Frank. “Esto tendrá sin duda un impacto y es un vínculo que podríamos explorar más a fondo”.
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.