Los científicos están evaluando los efectos secundarios de la autodescomposición del material. Adelantan que los efectos nocivos podrían ser nulos. Bacillus subtilis es una cepa utilizada en la producción de probióticos. Es considerada benéfica y segura para humanos y animales. Los investigadores trabajan para escalar su enfoque a nivel industrial.
El uso de bacterias para eliminar plástico es una idea que ha sido puesta a prueba en varios laboratorios, pero las pruebas arrojan que es necesario un ambiente controlado y con abundancia de microbios para que ocurra la biodegradación. Casi el total de la basura plástica generada desemboca en vertederos sin supervisión. Por ello, es fundamental que los materiales del futuro puedan activar el mecanismo de desintegración automáticamente al tocar el suelo fértil.
Las B. subtilis, abundantes por todo el planeta, son inofensivas para los seres humanos. Debido a esta peculiaridad, la bacteria se usa ampliamente en campos como la agricultura, la industria y la medicina. A partir de estas bacterias, por ejemplo, puede fabricarse antibióticos como la iturina A y la Fengicina, compuestos clave para combatir hongos. La inclusión de las esporas de microbios al poliuretano termoplástico además hizo que el material se volviera más resistente.
El TPU es utilizado para fabricar calzado, tapetes, cojines y espuma viscoelástica. Destaca por ser resistente y tener una textura suave. Es uno de los polímeros más utilizados en el sector industrial. La contaminación plástica se ha convertido en uno de los problemas ambientales más preocupantes de las últimas décadas. Cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico de un solo uso y menos del 10% se recicla.
De acuerdo con los investigadores, el método de hibridación del material es completamente escalable y seguro. “Ahora hay esperanza de que podamos mitigar la contaminación plástica de la naturaleza”, afirmó Han Sol Kim.
“Hay muchos tipos diferentes de plásticos comerciales que terminan en el medio ambiente; el TPU es sólo uno de ellos. Uno de nuestros próximos pasos es ampliar el alcance de los materiales biodegradables que podemos fabricar con esta tecnología” concluyó, por su parte, Feist.
¿La mejor de forma de combatir el plástico?
En promedio, el plástico tarda en biodegradarse 500 años, aunque, según el material, el periodo puede extenderse hasta los 1,000 años. Algunos cálculos apuntan que hasta un 79% de los plásticos desechados contaminan hoy el medio ambiente. La Agencia Científica Nacional de Australia calculó que existen 11 millones de toneladas de ese material en el mar, sin contar microplásticos. Cada minuto que pasa, el volumen de residuos plásticos que entra al océano es equivalentes a un camión de basura.
Las implicaciones de la contaminación del plástico se vuelven más profundas conforme las investigaciones avanzan. Partículas microscópicas del material han sido encontradas en arterias y placentas humanas. Hay registros que demuestran que huracanes pueden arrojar los gránulos de plástico hacia ciudades muy alejadas del mar. También los hay en las nubes y dentro del agua embotellada.