Eclipsado por el ‘efecto Mbappé‘, el Real Madrid ha tenido que darse dos veces de bruces ante el Barça para que las carencias tácticas y técnicas del equipo salgan a la luz con toda su crudeza.
Si alguien sale especialmente señalado de la final de la Supercopa de España -un baño táctico y técnico del Barça- es el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti.
En ningún momento encontró el italiano elementos para contrarrestar al Barça. No lo había hecho en el clásico disputado en el mes de octubre (0-4), y mucho menos en el clásico de Yeda.
El Real Madrid ha navegado relativamente bien durante la temporada, pero cuando se ha tenido que enfrentar a rivales potentes, su sistema ha naufragado por completo. Se vio ante el Liverpool en la Champions y se vio, sobre todo, en sus choques ante el Barça, la gran bestia negra de Ancelotti.
El resultado de la final de Yeda alimenta especialmente el debate sobre la continuidad de Ancelotti: su fama de ‘alineador’ volverá a salir a la palestra. No le faltará razón a los que crean que Ancelotti no tiene los elementos tácticos necesarios para frenar a un rival que le mira a la cara.
El sistema defensivo del Real Madrid hizo aguas: ni Rüdiger ni Lucas Vázquez ni Tchouaméni supieron cómo frenar a los tres delanteros del Barça. Tampoco el centro del campo del Madrid estuvo a la altura: por esa zona, Pedri y Cassadó camparon a sus anchas.
Ancelotti volvió a apostar por su once más clásico: pero no tuvo en cuenta que algunos de sus jugadores no viven un momento especialmente inspirado, como por ejemplo Rodrygo, a pesar de ser el autor del segundo gol del Real Madrid, de falta directa.
Brahim y Arda Güler parecen, a día de hoy, jugadores con mejor rendimiento, más dañinos para el rival. Pero Ancelotti primó las jerarquías de vestuario.
Mirando al banquillo
Los aficionados más críticos y exigentes del Madrid mirarán al banquillo: Ancelotti generará debate, entre otras razones porque los números no engañan. En sus dos últimos choques ante el Barça, ha encajado nueve goles, una cifra que invita a una reflexión profunda en la zona noble del Bernabéu.
Su manera de realizar los cambios volverá a ser discutida: en el ecuador de la segunda parte, apostó por dar entrada a Modric, un cambio habitual en la libreta del italiano. Lo que no tiene en cuenta el italiano es que Modric ya no tiene el físico ni la capacidad para revertir el signo de partidos tan exigentes.
El debate sobre Ancelotti está servido en el entorno del Madrid.
Con 2-5 en el marcador y un jugador más, Ancelotti volvió a mover el banquillo en el minuto 75. Fran García y Brahim Díaz entraron el campo para ocupar el lugar de Mendy y de Vinicius.