Las autoridades sanitarias de Luisiana anunciaron el fallecimiento de un paciente hospitalizado en diciembre por gripe aviar grave. El hombre de 65 años contrajo la gripe aviar tras exponerse a una bandada de aves de traspatio y aves silvestres; no padecía afecciones médicas subyacentes. Es la primera muerte registrada en EE UU atribuida al virus H5N1, o gripe aviar.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), un total de 66 personas en EE UU dieron positivo por gripe aviar en 2024. En todos los demás casos, las personas desarrollaron síntomas leves y se recuperaron completamente. Pero el caso de Luisiana es un duro recordatorio de que el virus H5N1 puede ser peligroso. Y a medida que aumenta el número de infecciones humanas, los expertos sanitarios temen que se produzcan más casos de gravedad y, potencialmente, más muertes.
“Se trata de un juego continuo de ruleta rusa: cuanto más virus hay en nuestro entorno, más posibilidades hay de que entre en contacto con los humanos. Era cuestión de tiempo para que la gripe aviar se volviera mortal”, afirma la médica Nahid Bhadelia, directora fundadora del Centro de Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Boston.
El paciente ingresó con síntomas respiratorios graves. De acuerdo con las investigaciones sanitarias de Luisiana, no se ha detectado ningún otro caso de infección humana por H5N1.
Un brote que no muestra signos de detenerse
Desde enero de 2022, el virus H5N1 ha infectado a más de 130 millones de aves, incluidas las comerciales. En abril de 2024 se extendió por primera vez a las vacas lecheras. Aunque no es mortal para las vacas, el virus ha enfermado a más de 900 rebaños lecheros en 16 estados.
La mayoría de las personas que contraen la gripe aviar son trabajadores agrícolas u otras personas que tienen contacto directo con animales enfermos. De los 66 contagios confirmados en EE UU el año pasado, 40 tuvieron exposición a vacas lecheras, mientras que 23 tuvieron exposición a aves de corral y operaciones de sacrificio. En los otros tres casos, se desconoce la fuente exacta de exposición.
Desde 2003, se han notificado más de 850 casos humanos de gripe aviar H5N1 fuera de Estados Unidos, y aproximadamente la mitad de ellos han resultado mortales. En un comunicado publicado el lunes, los CDC afirmaron que una muerte por gripe aviar H5N1 “no es inesperada debido al conocido potencial del virus para causar enfermedades graves y la muerte”. Las autoridades sanitarias federales afirman que el riesgo de contraer la gripe aviar sigue siendo bajo para el público en general, y no hay pruebas de que se esté propagando de persona a persona en ninguna parte del país.
Uno de los aspectos peculiares del brote actual en EE UU es por qué todas las infecciones humanas hasta ahora han resultado en una enfermedad leve. “Quizá se deba a que son personas jóvenes y sanas”, expresa Jennifer Nuzzo, directora del Centro de Pandemias y profesora de epidemiología en la Universidad Brown. Explica que la forma de exposición sea diferente a la que históricamente se conoce: “Hay varias hipótesis, pero en este momento solo son conjeturas”.
El lote ha sido retirado del mercado. Los expertos recomiendan consumir leche pasteurizada.
Otro caso digno de análisis
Nuzzo dice que es muy posible que las condiciones de salud preexistentes del paciente de Luisiana contribuyeran a la gravedad de su enfermedad, pero también señala el caso de una adolescente en Canadá que fue hospitalizada con gripe aviar en noviembre. La joven de 13 años fue atendida en un servicio de urgencias de Columbia Británica por fiebre y conjuntivitis en ambos ojos, la dieron de alta sin tratamiento y más tarde desarrolló tos, vómito y diarrea.
Unos días después volvió a urgencias con problemas respiratorios. Ingresó en la unidad de cuidados intensivos pediátricos y entró en insuficiencia respiratoria, pero acabó recuperándose tras recibir tratamiento. Según un informe publicado en el New England Journal of Medicine, la joven tenía antecedentes de asma leve y un índice de masa corporal elevado. Se desconoce cómo contrajo el virus. “Lo que esto nos dice es que no tenemos ni idea de quién va a desarrollar una enfermedad leve y quién va a desarrollar un cuadro grave, y por eso tenemos que tomarnos estas infecciones muy en serio. No deberíamos asumir que todas las infecciones futuras serán leves”, afirma Nuzzo.