Reino Unido tiene un problema serio con el tráfico de drogas dentro de las cárceles. Según informes de The Guardian, el número de drones que introducen droga, tabaco y teléfonos celulares en las cárceles británicas se ha triplicado en los últimos años, lo que hace cada vez más urgente la vigilancia en las prisiones. Actualmente, se tiene registro de 130 incursiones al mes, aunque esta cifra podría ser mayor, ya que los delincuentes suelen elegir horas nocturnas y menos fáciles de controlar para utilizar drones con los que completan sus entregas; por esta razón, el jefe de inspecciones presidiarias, Charlie Taylor, evalúa la posibilidad de emplear armas de fuego para derribar los drones y tratar de resolver el problema.
El servicio de entrega de los presos
En los últimos años, el tráfico de drogas a las cárceles británicas se ha vuelto tan lucrativo que las bandas criminales se organizan para reclutar pilotos profesionales de drones, incluso ajenos al mundo delictivo, con el fin de aumentar aún más el número de entregas. A principios del 2024, el gobierno de Reino Unido aprobó una ley que tipifica el vuelo de drones de Inglaterra y Gales como delito: los pilotos de drones que infrinjan las normas serán acreedores a multas de 2,500 libras (más de 3,000 dólares), mientras que los sean descubiertos contrabandeando artículos ilícitos se enfrentan a penas de hasta 10 años de cárcel. No obstante, estas medidas no consiguieron frenar el contrabando de drogas dentro de las prisiones.
Un exrecluso de la prisión HMP Manchester declaró al periódico Telegraph que los aviones no tripulados se utilizan para conseguir teléfonos y drogas en la cárcel desde hace un año: “Es algo muy frecuente”. Además, las deterioradas condiciones de muchos de los centros de detención ingleses también facilitan la vida de los pilotos de drones contratados por bandas criminales. En muchos casos, los delincuentes recuperan los bienes entregados por drones pasando una escoba a través de ventanas con manijas fáciles de abrir. El diputado laboralista Andy Slaughter asegura que el primer paso para asegurar las prisiones inglesas es “utilizar tecnologías avanzadas que impidan que los drones entren en el espacio aéreo de las infraestructuras carcelarias”.
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia, adaptado por Alondra Flores.