La deforestación sacude las selvas de México. Un grupo de investigadores desarrolló una herramienta que muestra con gran detalle el problema en la península de Yucatán. Echando mano de imágenes satelitales de alta resolución y plataformas accesibles como Google Earth Engine y Collect Earth, crearon el Sistema de Monitoreo de la Cobertura Forestal de la Península de Yucatán (Sicamfor). El visualizador muestra la pérdida de selvas en el sureste con mayor certeza que otras plataformas nacionales e internacionales.
El Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) es una asociación civil no lucrativa que trabaja con comunidades de esta región. En Bacalar, Quintana Roo, identificaron graves procesos de deforestación y notaron, al igual que algunos investigadores, que la situación era, hasta cierto punto, invisible para el Sistema de Monitoreo Forestal de la CONAFOR (Samof). En el estado vecino, Yucatán, ocurre algo similar. En el municipio de Tizimín, una zona ganadera, la selva baja caducifolia desaparece a gran velocidad, pero Global Forest Watch, herramienta internacional que en otros contextos ha evidenciado muy bien situaciones similares, no mostraba del todo el problema en la región.
Sicamfor fue diseñado para hacer frente a esta y otras limitaciones. Hoy, la plataforma es de uso público. Edward Ellis, científico del Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana, lideró un equipo de trabajo con David Chacón e Irving Hernández para hacer el sistema impulsado por el CCMSS, bajo la coordinación de Sara Cuervo y Sergio Madrid.
La deforestación en imágenes satelitales
Las selvas son promesa de vida, mundos que sostienen una gran diversidad de especies endémicas, reguladoras de agua, sitios para la agricultura, así como fuentes de medicina e ingresos para quienes las habitan. Además, funcionan como enormes trampas para capturar el dióxido de carbono que, desde hace tiempo, calienta nuestra atmósfera.
Los tres estados mexicanos de la península de Yucatán tienen 9.6 millones de hectáreas de selva. Ahí, el paisaje natural ha sido descartado por la industria del henequén, la ganadería, los monocultivos, el turismo y las inmobiliarias. Las transformaciones en esta y otras selvas suceden en las sombras cuando nadie las registra. Contra ese ocultamiento, desde 2014, Global Forest Watch (GFW) mezcla datos satelitales y computación en la nube para mostrar cuánto y donde perdemos árboles a nivel global.
Su herramienta más conocida es un mapa interactivo que muestra el cambio forestal del mundo, con datos desde el año 2000. Periodistas, gobiernos e investigadores le han dado un amplio uso. El financiamiento y apoyo internacional para esta plataforma es enorme: tiene más de 60 socios, entre ellos The Jane Goodall Institute, UNEP, WRI, Unilever e incluso la empresa multinacional Cargill, dedicada a la agroindustria.
Por otro lado, el gobierno de México tiene su propio rastreador de cambios de cobertura forestal: el Samof. Ellis señala que el mapa de GFW y el rastreador del gobierno son herramientas útiles, pero que para investigar el sureste mexicano se requieren escalas más finas. Detalla que las plataformas existentes, o bien sobreestiman la situación, o bien, no la detectan.
Conocer y estar en el territorio que muestran las imágenes satelitales ha sido la clave para ver esos errores. Ellis investiga el manejo forestal y los cambios de uso de suelo en ecosistemas tropicales. La península de Yucatán es su área de trabajo desde hace más de 20 años. “No solo la conozco por imágenes satelitales sino que ayuda muchísimo haberla recorrido, conocer los disturbios que ha tenido, incendios y huracanes que afectan la vegetación y cómo se representan en imágenes satelitales”.