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Cómo comprar con tarjetas de crédito virtuales sin exponer tu privacidad

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En aras de la privacidad y la seguridad, cuanta menos información des sobre tu persona, mejor. Puedes ocultar tus direcciones de correo electrónico, tu número de teléfono y, como te mostraremos en esta guía, también la información de tus tarjetas de crédito y débito.

La idea es la misma que con las direcciones de correo electrónico y los números de teléfono: puedes construir una barrera tecnológica entre tú y quienquiera que sea tu interlocutor. Las empresas no ven los datos reales de tu tarjeta, lo que mantiene tu información segura y protegida en caso de filtración de datos, pero por tu parte las transacciones se realizan con normalidad.

Aunque estas tarjetas virtuales pueden considerarse tarjetas de prepago o temporales, en realidad son mucho más que eso. Las tarjetas virtuales te dan más control sobre dónde y cómo se pueden utilizar, y es posible que desees configurar varias tarjetas virtuales para diferentes propósitos o diferentes comerciantes. Utiliza una para gastos de transporte, por ejemplo, y otra para todos sus envíos de comida por internet.

Dependiendo de la frecuencia con la que quieras utilizar tus tarjetas virtuales, puede haber comisiones, pero en algunos casos su uso es gratuito, ya que las empresas de tarjetas virtuales suelen ganar dinero de los comercios, a través de las comisiones de las tarjetas de crédito o débito. Sigue leyendo para conocer las ventajas de las tarjetas virtuales y cómo configurarlas.

Cómo funcionan las tarjetas virtuales

Si contratas una tarjeta virtual, obtendrás un nuevo conjunto de datos: el número principal de la tarjeta, de 16 dígitos, una fecha de caducidad y un CVV (valor de verificación de la tarjeta). Estos datos pueden facilitarse a los comercios en línea, mientras que la información real permanece privada. Luego, con la ayuda del proveedor de la tarjeta virtual, tus compras y transacciones se realizan con normalidad.

Al igual que con un alias de correo electrónico, los comerciantes con los que tratas nunca ven tus datos reales. Si los dígitos de tu tarjeta virtual caen en malas manos o se abusa de ellos, puedes borrarlos y empezar de nuevo. Es muy parecido a utilizar una tarjeta normal, pero sin el plástico real y con la opción de cancelarla al instante en cualquier momento.

El proveedor de la tarjeta virtual se encarga de todo. Evidentemente, debes elegir un proveedor de confianza, ya que manejará tu información financiera. Busca un proveedor conocido y ampliamente utilizado que publique información sobre sus procesos de auditoría y seguridad. También puedes obtener una tarjeta virtual de tu actual proveedor de tarjetas o banco.

Suele ser posible establecer límites de gasto en cada tarjeta virtual como protección adicional contra los defraudadores, de modo que cualquier pago no autorizado que supere este límite no se efectuará. Además, suele ser posible vincular tarjetas específicas a proveedores concretos, de modo que si tus dígitos virtuales quedan expuestos de algún modo, no podrán utilizarse en ningún otro sitio.

Cómo empezar con una tarjeta virtual

Revolut te ofrece dos tipos de tarjetas virtuales para elegir.

Cortesía de Revolut

El proceso de registro de una tarjeta virtual no suele llevar mucho tiempo y se puede hacer en línea en unos minutos, sin ninguna comprobación de crédito (no estás creando una tarjeta completamente nueva ni pidiendo una línea de crédito, solamente estás vinculando a las ya existentes. Si está feliz con tu banco o tu proveedor de tarjetas actual, ése es un buen punto de partida: comprueba si ofrecen tarjetas virtuales como servicio.

Una de las opciones más conocidas es Revolut, que te permite elegir entre tarjetas desechables y temporales y otras multiuso que quieras utilizar más a menudo. El precio depende de tu país y si estás suscrito a la cuota mensual, pero si lo estás puedes crear un número ilimitado de tarjetas sin costo adicional. También puedes vincular tus tarjetas virtuales a Apple Pay o Google Pay.

Aunque el proceso de contratación de una tarjeta virtual no es completamente libre de fricciones, independientemente del proveedor por el que optes, puedes empezar de forma gratuita para ver si se adapta a tu forma de gastar. Hay ciertas restricciones en algunos casos, como los gastos internacionales y los que requieren una tarjeta física, pero en general es una gran tranquilidad adicional a cambio de poco esfuerzo, o costo.

Artículo publicado originalmente en WIRED. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.

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