En el Hospital del Mar, en Barcelona, tres pacientes que estaban en proceso de someterse a la eutanasia cambiaron de opinión luego de que una intervención cerebral experimental disminuyera con éxito el dolor crónico que los había torturado durante los últimos años.
Uno de los criterios clave para conceder la eutanasia en España es que los candidatos experimenten un dolor irremediable. La medicina convencional tiene limitaciones frente al dolor neuropático, pero en el campo de la neuromodulación experimental los logros comienzan a aparecer con cautela.
El dolor neuropático, también conocido como ‘crónico’, es provocado por el propio sistema nervioso central. Suele ser una consecuencia grave de una lesión o enfermedad en el sistema somatosensorial, aunque existen otras causas. A pesar de la ausencia de estímulos externos y del uso de analgésicos, el sistema nervioso de un pacienciete neuropático siempre siente dolor.
En un artículo de la revista médica Neuromodulation, Gloria Villalba, coordinadora del servicio de neurocirugía del Hospital del Mar en España, reportó que una cirugía con tecnología experimental redujo drásticamente el dolor de tres pacientes que buscaban la eutanasia. Dos mujeres de 54 y 50 años, y un hombre de 64 se sometieron a estimulación cerebral profunda para inhibir el componente afectivo del dolor crónico. Los tres procedimientos han tenido lugar durante los últimos cuatro años.
Es una forma extrema del efecto placebo que se ha utilizado muchas veces en las últimas décadas. Mira cómo funciona.
Electrodos y baterías para aliviar el dolor
Los cirujanos implantaron electrodos en el cíngulo anterior, una zona intermedia del cerebro. Esta área se ubica debajo del córtex y por encima del cuerpo calloso. Posteriormente, los electrodos se conectaron a una batería que se colocó debajo de la piel de la clavícula. La corriente envío impulsos al cíngulo anterior para modular las sensaciones de dolor de los pacientes.
Los electrodos y la circuitería son permanentes, mientras que la batería debe cambiarse cada tres o cuatro años. Según cambie el comportamiento del dolor crónico, los médicos solo tendrán que regular la corriente. La técnica es completamente experimental y todavía no cuenta con ensayos clínicos que respalden su uso. Los tres pacientes notificaron una disminución suficiente en su dolor neuropático como para que fuera tolerable. No se han registrado secuelas ni efectos secundarios de la intervención. Las dos mujeres siguen con vida, mientras que el hombre falleció algunos meses después de la neuromodulación debido a una neumonía.
Los investigadores a cargo del experimento afirman que las intervenciones neuroquirúrgicas están infrainvestigadas. La falta de reportes las convierte en técnicas desconocidas incluso en hospitales especializados. Es necesario que más expertos en el tema se unan al campo de la neuromodulación, afirman.
En España, la eutanasia es legal desde junio de 2021. Para ser candidato al procedimiento, un paciente debe obtener evaluaciones médicas independientes de dos profesionales de la salud. Estos diagnósticos deben confirmar que la condición de la persona está más allá de la recuperación, sin ninguna alternativa terapéutica disponible. Por otro lado, la Unidad de Neuromodulación y Dolor del Hospital del Mar se constituyó como tal en marzo del 2020. Sin embargo, su equipo ha investigado y tratado el dolor crónico durante los últimos 14 años.