Entre la fatiga y la emoción, el danés Jonas Vingegaard apenas podía hablar tras haber ganado la undécima etapa del Tour en un mano a mano con el esloveno Tadej Pogacar, un triunfo al que dio una importancia especial tres meses después de la caída que sufrió en abril en el País Vasco.
“Nunca habría podido imaginarme conseguir este triunfo tras todo lo que he pasado estos tres últimos meses. Esta victoria significa mucho para mí. No lo podría haber logrado sin mi familia”, señaló el corredor del Visma tras cruzar la meta de Le Lioran.
El ganador de las dos últimas ediciones del Tour estuvo 33 días hospitalizado, una semana en cuidados intensivos, tras haberse caído en la Vuelta al País Vasco, lo que perturbó su preparación para el asalto a su tercer Tour consecutivo.
“Es increíble que ahora haya ganado esta etapa, significa mucho para mí”, subrayó.
Vingegaard se descolgó de Pogacar en el ascenso al Puy Mary y cedió algo de tiempo en la bajada, pero lo recuperó en el ascenso al Pertus, penúltima cima del día.
“He preferido subir a mi ritmo, no pensaba que sería capaz de alcanzarle, pero lo he conseguido. Tampoco creía que le pudiera ganar al esprint, así que estoy muy feliz”, dijo el danés.