Este jueves 11 de julio, se cerrarán los quioscos de dulces, helados y souvenirs en la Rambla de Barcelona. El Ayuntamiento de Barcelona ha ordenado el cierre, y los dueños de los establecimientos deberán entregar las llaves al Institut Municipal de Mercats. Esta decisión se ha producido tras la disputa judicial contra el consistorio.
Los quioscos han solicitado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos que se apliquen unas “medidas cautelares” para detener el desalojo, anunciado en 2021. No obstante, estas antiguas pajarerías han argumentado que el Ayuntamiento no tiene intención de establecer una comunicación.
“Quiere derribar sus paradas para mejorar la circulación de personas en la Rambla”, argumentan desde el colectivo. Los quioscos cuentan con un centenar de trabajadores, y han intentado una decena de recursos y acciones judiciales, recogiendo más de 60.000 firmas.
La petición quería forzar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), que declarase estos quioscos como Patrimonio Cultural Immaterial, pero fue rechazada. Laia Bonet, teniente de alcalde, asegura que la sentencia es “clara” y que “en el caso o en los casos en los que esto no pase, el IMM establecerá la estrategia para recuperar las llaves y finalizar esta actividad oportunamente”.