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Seguridad

Los perros robot para uso militar ya están aquí

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Esa ansiedad por los perros-robot armados llevó incluso a seis importantes empresas de robótica (encabezadas por Boston Dynamics, pionera de Spot) a publicar una carta en octubre de 2022 en la que prometían prohibir a los clientes militares que armaran sus robots con fines de combate. (SWORD International, creadora de SPUR, no fue una de los firmantes).

“Creemos que la adición de armas a robots operados de forma remota o autónoma, ampliamente disponibles para el público y capaces de navegar a lugares previamente inaccesibles donde la gente vive y trabaja, plantea nuevos riesgos de daño y graves problemas éticos”, escribieron las empresas.

Para ser justos, tanto el ejército como las compañías de robótica estadounidenses han pedido cautela a la hora de desarrollar sistemas de armas autónomos. Al presentar el SPUR, el difunto CEO de Ghost Robotics, Jiren Parikh, hizo hincapié en que el robot armado siempre cuenta con un operador, sin IA ni sistemas relacionados con la autonomía que pudieran fallar en circunstancias extremas. Y aunque la torreta SENTRY que el MARSOC está probando con un par de perros robot utiliza IA para buscar e identificar objetivos, la empresa también insistió en que la decisión de atacar con el sistema de armas depende por completo de un operador humano. Aunque la idea de perros-robot armados y con mente propia corriendo como locos puede ser una adición reciente a la imaginación distópica de los estadounidenses, el complejo militar-industrial de Estados Unidos parece firmemente centrado en mantener a los humanos bajo control en todo momento.

A pesar de la comprensible preocupación por su creciente papel en los asuntos militares, la ansiedad por las manadas de perros robot armados que operen en un futuro campo de batalla puede ser prematura, según Sam Bendett, analista del centro de estudios Center for Naval Analyses, con sede en Virginia, cuya investigación se centra en la robótica y los sistemas no tripulados. Aunque las imágenes de perros robot armados pueden alarmar al observador medio, estos sistemas no son en la actualidad lo bastante ágiles o versátiles como para tener sentido práctico en campos de batalla caóticos.

“Tuve la oportunidad de manejar [un perro robot] en una conferencia sobre inteligencia artificial en Holanda el año pasado, y no tiene la misma destreza que cabría esperar de un cuadrúpedo”, aclara Bendett a WIRED. Aparte de los videos en los que aparecen haciendo flexiones y cosas por el estilo, no corre, tal vez pueda trotar, pero ni siquiera puede hacer un giro tan rápido como un vehículo terrestre no tripulado con orugas o ruedas.”

“El campo de batalla está lleno de contramedidas artificiales y naturales”, añade. “Eso no significa que EE UU y China no vayan a probarlo, pero será en una capacidad más limitada”.

¿Son de verdad?

El ejercicio militar chino retransmitido por la CCTV puede parecer preocupante, pero no deja de ser un ejercicio controlado en un entorno relativamente estable, según Bendett. Hasta que los perros robot no demuestren que son capaces de sortear “los escombros del campo de batalla” en condiciones poco ideales, seguirán siendo una novedad mecánica para los planificadores militares.

“Sí, son bonitos, cool“, menciona Bendett, “pero enséñenme un video de una manada de éstos moviéndose solos por un bosque, no solamente caminando, dando golpecitos con los pies a cada paso, sino trotando de verdad entre los árboles como lo haría un perro. Entonces llegaremos al punto de que sean perros de combate de verdad”.

No está claro cómo será el futuro de los perros robot en las filas del ejército estadounidense, ni siquiera en el chino. Aunque han demostrado su utilidad para aumentar la seguridad de las bases y llevar a cabo operaciones peligrosas como la desactivación de explosivos, sus posibles aplicaciones en combate siguen siendo comprensiblemente ambiguas. Pero dados los experimentos en curso de los planificadores militares estadounidenses y chinos con perros robot armados, el futuro de la guerra puede implicar no solamente el rechinar de las pisadas de los tanques y el rugido de los rotores de los helicópteros, sino el golpeteo metálico de la muerte cuadrúpeda a través de lejanos campos de batalla.

Artículo publicado originalmente en WIRED. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.

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