El crecimiento de la Roma sigue su curso tras el aterrizaje de Claudio Ranieri. El veterano técnico llegó al club capitalino en el mes de noviembre y ha logrado reavivar las aspiraciones romanas y, con ello, el nivel de sus jugadores. Buena prueba de ello son las prestaciones que está mostrando recientemente la máxima referencia en ataque del equipo, Artem Dovbyk.
El ucraniano acumula un total de 6 participaciones directas en los últimos 5 tantos del conjunto Giallorossi (4 goles y 2 asistencias), y se está destapando como el gran delantero que firmó la dirección deportiva de la entidad el pasado verano. Sin ir más lejos, el atacante fue vital para rescatar un punto en el tiempo añadido en el partido que enfrentaba a su equipo y al Bolonia en el día de ayer (2-2). A Dovbyk no le pudo la presión y anotó desde los once metros sobre la bocina (97′).
Un tanto que sirve para confirmar su gran rendimiento en las últimas fechas, y que contrasta con el espeso inicio de temporada que firmó el atacante. Y es que tras aterrizar en Roma con la vitola de delantero de moda en el panorama futbolístico europeo, después su gran desempeño en el Girona de Champions (25 goles y 10 asistencias en 41 partidos), la adaptación del ucraniano a la ciudad y a su nuevo equipo no fue para nada sencilla.
Dovbyk no ha sido ajeno a la negativa dinámica que ha acompañado al equipo en este inicio de curso. Tras 20 partidos de liga disputados hasta la fecha, la Roma se sitúa en la décima posición de la Serie A, con 24 puntos en su haber y a 8 de los puestos europeos. Muy lejos todavía de las aspiraciones iniciales del equipo y sin ser capaz de encontrar un rumbo claro en la presente temporada hasta ahora. En este sentido, tres entrenadores se han sentado en el banquillo romano este curso (Daniele De Rossi, Ivan Juric y, actualmente, Claudio Ranieri). Una tendencia y un entorno poco favorable para el óptimo rendimiento de los futbolistas. Dovbyk, entre ellos.
En cualquier caso, llegado el ecuador de la temporada, el exfutbolista del Girona está respondiendo a las expectativas en las últimas fechas. El buen hacer del equipo recientemente facilita la faena goleadora del ucraniano, que poco a poco recuerda al futbolista que enamoró a Montilivi el curso pasado. Un cambio generado, en gran parte, tras el desembarco de un nuevo director de orquesta en el banquillo del Olímpico, Claudio Ranieri.