Las islas transitorias que aparecen y desaparecen en poco tiempo son una realidad que recién se está registrando con claridad. El Observatorio de la Tierra de la NASA compartió que uno de sus satélites captó cómo una isla en el Mar Caspio surgió y finalmente se ocultó en el océano en solo dos años.
La isla fue creada por un volcán de lodo. Estas formaciones geológicas siguen el mismo principio que los volcanes convencionales, pero en lugar de liberar roca fundida por la presión subterránea y la actividad tectónica, disparan barro y gases a la superficie. La isla ‘fantasma’ que halló la NASA es hija del banco de lodo Kumani, al lado de una de las costas de Azerbaiyán.
Fueron los instrumentos OLI y OLI-2 (Operational Land Imager) dentro de los satélites Landsat 8 y 9 los que comprobaron el ciclo de vida de una isla de lodo. En noviembre de 2022, la cresta del volcán que despedía barro ya se podía vislumbrar en el fondo del mar. Para febrero de 2023, la isla ya había surgido y para diciembre de 2024 estaba a punto de desintegrarse. En su punto máximo, la isla alcanzó los 400 metros de ancho.
Los volcanes de lodo presentan una actividad constante. Los sitios en donde emergen tienden a generar múltiples islas transitorias. En el área del banco de Kumani ya se han registrado eventos similares. La erupción más fuerte conocida en la región ocurrió en 1950 y produjo una isla de 700 metros de ancho y seis metros de alto. El registro más antiguo data de 1861, cuando un cuerpo de lodo de 87 metros apareció de manera espontánea.
Azerbaiyán tiene una alta concentración de volcanes de lodo. Los científicos han contado hasta ahora más de 300 fenómenos similares. La mayoría de ellos está sobre tierra firme. Aquellos que forman islas son excentricidades del panorama. La NASA explica que estos volcanes se forman porque la región está dentro de la zona de convergencia de la placa tectónica arábica y la euroasiática.
El estudio de los volcanes de lodo puede parecer caprichoso, pero la NASA tiene una justificación para ello. El fenómeno podría no ser exclusivo del planeta. Por ejemplo, Marte tiene algunos montículos fangosos en las tierras bajas del norte que probablemente se formaron por una erupción de barro y gas. En la Tierra, las erupciones de lodo son peligrosas. Aunque no tienen el mismo potencial destructivo de la lava, el fenómeno puede expulsar una gran cantidad de material, gas tóxico y, si las condiciones ambientales coinciden, pueden generar llamas.
Los satélites Landsat intentan llevar el registro continuo más largo de los cambios en la superficie de la Tierra vistos desde el espacio. Los datos de la misión son públicos y son especialmente útiles para los científicos que estudian técnicas de agricultura, geología, planificación regional y cartografía.