El expresidente uruguayo José Mujica, conocido por su vida austera y liderazgo cercano, enfrenta con serenidad el final de su vida. En una reciente entrevista con el semanario Búsqueda, Mujica, de 89 años, reveló que el cáncer de esófago diagnosticado en abril de 2024 ahora ha avanzado hacia su hígado. “Sinceramente, me estoy muriendo”, declaró, y agregó que su cuerpo no soportaría más tratamientos. “Hasta acá llegué”, sentenció, aceptando con claridad el cierre de su vida.
En diciembre de 2024, se le colocó un stent en el esófago para facilitar su alimentación, pero Mujica ha rechazado someterse a más procedimientos invasivos. “No lo paro con nada”, explicó, señalando que su avanzada edad y dos enfermedades crónicas limitan sus opciones. Según afirmó, no considera viable enfrentar tratamientos como la radioterapia o la cirugía.
Fiel a su filosofía de vida, Mujica hizo un llamado a la tranquilidad, pidiendo que no lo acosen y que le permitan despedirse en paz de sus compañeros y compatriotas. Este gesto es coherente con su trayectoria de humildad y servicio, y refleja su comprensión de la mortalidad como un ciclo natural. “Lo que pido es que me dejen tranquilo”, afirmó, remarcando su deseo de un cierre sereno para una vida dedicada al bienestar colectivo.
Asimismo, anunció que no dará más entrevistas, retirándose del ojo público con la misma discreción que caracterizó su paso por la política. Por su parte, su doctora personal, Raquel Pannone, ha sido el enlace principal para informar sobre su estado de salud. En una próxima conferencia de prensa, se espera que Pannone ofrezca más detalles sobre la evolución de Mujica, quien se ha convertido en un símbolo de resiliencia y autenticidad.