No había pasado nunca que diez grupos de opinión, plataformas o asociaciones vinculadas al Barça se asocien para pedir la dimisión del presidente de la entidad. Además, entre ellos, se encuentran el excandidato, Víctor Font, que obtuvo 16.679 votos en los últimos comicios, o el grupo opositor, ‘Som un clam’, que lidera, Joan Camprubí Montal y que ha entrado con fuerza en los últimos meses.
El comunicado es tajante y viene a decir que o dimiten o activaran una moción de censura. No hay más. La nefasta gestión administrativa y económica de Laporta y su junta directiva no podía tener un final feliz y el socio ha dicho basta. Laporta está obligado a dar explicaciones creíbles y afrontar que se están quedando solos.
El caso Olmo ha sido el detonante de una serie de mentiras y medias verdades que han provocado la indignación de buena parte de la masa social barcelonista. No se puede seguir dirigiendo el club a base de una improvisación constante. El socio no puede estar pendiente de una decisión judicial durante días para saber si su futbolista estrella podrá seguir vistiendo la camiseta del Barça.
Laporta debe dar la cara y afrontar la situación. No puede esconderse más o, quizá, esta vez, prospere una complicada moción de censura y tenga que salir del club por la puerta trasera.