Momento en el que el periodista está hablando con el policía que “encontró” nomás el aparato, lo arregló y lo formateó. (Foto: Captura de pantalla / C9N)
Una situación por demás particular que, una vez más, salpica la reputación de los uniformados, es la que se dio con el periodista del SNT, Raúl Bogarín, a quien en seco le chuparon su aparato telefónico después de estar en una cobertura. Rastreando el dispositivo, pilló que estaba en las cercanías de la Comisaría 7.ma Metropolitana. Al final, resultó que un policía lo tenía, quien he’i que «encontró nomás en la calle», y hasta lo dejó 0Km… ¿para vender?
“Yo me fui a una cobertura de un accidente que hubo. Estuvimos un rato ahí y después, como es muy dinámica nuestra labor cuando salimos a la calle, me fui a otro lugar. Y ahí me di cuenta que no tenía el teléfono conmigo. Es un corporativo de la empresa”, aseguró Bogarín.
Acto seguido, comenzó a hacer un rastreo e su equipo y ahí pilló que estaba en los alrededores de donde se había producido el accidente. Entonces, hizo varias llamadas pero nunca lo atendieron. Al final, se apagó el móvil. Regresó hasta el lugar y, gracias a la colaboración de una empresa que le brindó las imágenes de circuito cerrado, se dio cuenta que un policía fue el que lo anduvo manipulando.
“Yo llegué hasta la comisaría, hice la denuncia y después se fue llegando el policía con el teléfono. Lo curioso es que yo le tenía con una fisura en el protector y otra en la pantalla. Pero cuando él me lo entregó, estaba intacto. Flashearon y hasta cambiaron el vidrio. Se había formateado todo y se dejó como nuevo. Lo que no tenía era el chip, que él me dijo que se le cayó”, aseguró el periodista.
Ante esta situación, formalizó la denuncia contra el uniformado y no escondió el temor que siente por una posible “vendetta”. “Ojalá que no haya represalias. Me asusta un poco esta situación. Es complicado porque ellos tienen muchos contactos y acceden a muchas informaciones”, sentenció.
Desde la comisaría aseguraron que se hará el sumario correspondiente, atendiendo a que solo pasaron unos minutos entre que Bogarín extravió su móvil y reapareció todo formateado y arreglado. En síntesis, todo apunta a que en seco le chuparon el aparato y lo dejaron listo para venderse.