Al Gobierno se le multiplican los frentes abiertos en los juzgados. Desde el caso Koldo y el caso Begoña Gómez hasta la imputación del fiscal general del Estado, Alvaro García Ortiz. El PP ha lanzado todas sus naves hacia el socavón de la corrupción para hacer caer a Pedro Sánchez, pero en el Ejecutivo desdeñan cualquier posibilidad de que salga adelante una moción de censura liderada por Alberto Núñez Feijóo. No solo por una incompatibilidad entre Junts y Vox, pues ambas formaciones deberían entrar en la ecuación, sino porque consideran que el sector duro del PP, en referencia a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, vetaría un entendimiento con los posconvergentes. De ahí que fuentes del Ejecutivo reconozcan a Vox y Ayuso como un “seguro de vida” contra una moción de censura de Feijóo.
Al contrario de las voces de alarma que lanzan desde ERC sobre la posibilidad de que Junts acabe sumando sus votos a PP y Vox para desbancar al Ejecutivo, fuentes del PSOE conocedoras de las negociaciones con los posconvergentes se muestran tranquilas. Después de que Junts dejase en el aire su posibilidad de apoyar una moción de censura, estas mismas fuentes de la cúpula que mantienen interlocución con los posconvergentes pinchaban la burbuja de una moción de censura. Por el rechazo del secretario general de Junts, Jordi Turull, pero también por la seguridad añadida “de lo que ha dicho Ayuso”.
La presidenta de la Comunidad de Madrid rechazó una moción de censura de la mano de Junts antes de que los de Carles Puigdemont rectificasen la amenaza lanzada por su presidenta, Laura Borràs, quien preguntada por esta posibilidad dijo que no se podía descartarse nada. Tras ello, Ayuso mostró su oposición a ir de la mano de Junts porque “no son de fiar” y “desprecian a España”.
Desde Vox habían mostrado su disposición a apoyar una moción de censura aunque Junts entrase en la ecuación. Es más, su secretario general, Ignacio Garriga, incluso pidió a los independentistas catalanes “mojarse” tras dejar la puerta entreabierta. “Que no sean el salvavidas del PSOE y de Sánchez y apoyen una moción de censura para convocar inmediatamente elecciones generales”, conminó.
En el Ejecutivo se aferran también a la aritmética parlamentaria y a que son los únicos capaces de llegar a acuerdos de mayorías. En esta línea, confían en llegar a un acuerdo con sus socios, incluido Junts, para sacar adelante los Presupuestos y estabilizar la legislatura. Tanto es así que hasta dicen tener atados los apoyos para evitar una comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso para dar explicaciones sobre el caso Koldo. No tanto para que comparezcan los ministros, pues dan por hecho que lo harán todas las semanas, pero el objetivo es blindar al presidente del Gobierno.
Las “disculpas” de Sánchez
Los socialistas se han lanzado al “y tú más” para contraatacar a la estrategia de desgaste del PP, pero también tratando de mostrar que actúan de forma distinta contra la corrupción. “Como el día y la noche”, defienden en Moncloa al asegurar que el PP toleró los casos de corrupción en sus filas, cuando no los encubrió. En esta línea, desde el Gobierno mantienen que actuaron con determinación al pedir el acta a Ábalos cuando estalló la investigación del caso Koldo y abrirle un expediente de expulsión del partido.
Pedro Sánchez aprovechó este miércoles una pregunta de la diputada de Podemos, Ione Belarra, para cerrar su intervención en la sesión de control al Gobierno pidiendo “disculpas a la ciudadanía” por lo que reconoció como “un caso de corrupción que yo lamento”. Antes había escuchado peticiones de dimisión por parte de Feijóo. El líder de los populares le espetó que su “agonía legislativa le va a parecer una broma al lado de su agonía judicial”.
Interlocución con Junts
El Gobierno está logrando por el momento mantener cohesionados a sus socios en lo referente al caso Koldo. En Sumar apuestan por una defensa cerrada de Pedro Sánchez y denuncian una “cacería” en sus contra. Otros socios de la investidura sí consideran necesarias más explicaciones, aunque muestran distancias contra la estrategia del PP. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, vaticinaba por su parte en los pasillos del Congreso que Junts acabaría sumando con la derecha y la ultraderecha para situar a Feijóo en la Moncloa.
En el Ejecutivo mantienen la interlocución con Junts y esperan cerrar un acuerdo para sacar adelante la senda de déficit, el primer paso para elaborar los Presupuestos. Hasta que se dé este primer paso no se abordará la carpeta de las cuentas públicas, pues el Gobierno ha asumido el método de Junts de negociar “pieza a pieza”. Sacar adelante las cuentas públicas no supone por sí mismo una garantía para alejar el fantasma de la moción de censura.
El propio Sánchez llegó a Moncloa a lomos de una moción de censura con el apoyo de formaciones como el PNV, que tan solo unas semanas antes había votado a favor de los Presupuestos de Mariano Rajoy. Sin embargo, ahora los nacionalistas vascos son socios prioritarios del Gobierno y mantienen un acuerdo de gobernabilidad con el PSE-EE, además de que los socialistas apelan al seguro de vida por la incompatibilidad de sectores del PP con Junts y de estos últimos con Vox.