Demis Hassabis no supo que iba a recibir el Premio Nobel de Química de la Real Academia Sueca de las Ciencias hasta que su mujer empezó a ser bombardeada con llamadas desde un número sueco de Skype.
“Ella colgó varias veces, y luego seguían insistiendo”, dijo Hassabis en una rueda de prensa convocada para celebrar la concesión del premio, junto a John Jumper, su colega en Google DeepMind. “Entonces creo que se dio cuenta de que era un número sueco, y me pidieron mi número”.
Que ganara el premio, el más prestigioso de la ciencia, puede que no fuera tan sorprendente: un día antes, Geoffrey Hinton, a menudo llamado “Padrino de la IA”, y John Hopfield, de la Universidad de Princeton, fueron galardonados con el Nobel de Física por su trabajo sobre el aprendizaje automático. “Obviamente, el comité decidió hacer una especie de declaración, supongo, al tener a los dos juntos”, expresó Hassabis en una rueda de prensa organizada tras su victoria. Pero…
¿Qué hace la IA metida en la física y en la química?
Por si no había quedado claro: la IA está aquí, y ahora es posible ganar un Nobel estudiándola y contribuyendo a otros campos, ya sea la física en el caso de Hinton y Hopfield o la química en el de Hassabis y Jumper, que ganaron junto a David Baker, científico del genoma de la Universidad de Washington.
“No cabe duda de que es un gran momento para la IA en la ciencia”, señala Eleanor Drage, investigadora principal del Centro Leverhulme para el Futuro de la Inteligencia de la Universidad de Cambridge. “Después de que ilustres informáticos hayan ganado el premio de Química y el de Física, todos nos preparamos para ver a quién se le concede el premio de la Paz”, indica, explicando que sus colegas de oficina bromean sobre la posibilidad de que el propietario de xAI , Elon Musk, reciba ese galardón.
Drage considera que la concesión de premios de Física y Química a investigadores de IA es “una gran polémica, no solamente dentro de esas disciplinas, sino también desde fuera”, y sugiere que podría deberse a una de estas dos razones: o bien a un cambio notable en los límites disciplinarios propiciado por la omnipresencia de la IA en la investigación académica, o bien a que “estamos tan obsesionados con los informáticos que estamos dispuestos a encajarlos en cualquier sitio”.
¿Es lo uno o es lo otro?
No está segura de qué camino siguen las decisiones de esta semana. Pero ella y otros sí están seguros de que marcará una diferencia significativa en el futuro de la investigación.
“Ganar un Nobel utilizando IA puede ser un barco que ya ha zarpado, pero influirá en la orientación de la investigación”, expresa Matt Hodgkinson, especialista independiente en integridad de la investigación científica y antiguo responsable de integridad de la investigación en la Oficina de Integridad de la Investigación del Reino Unido. La cuestión es si influirá de la forma adecuada”.