El hombre acabó en la comisaría denunciando a la amante. (Foto: NuevoDiario)
El escenario, un negocio en el centro de la ciudad. Los protagonistas, una mujer de 30 años y un hombre de 52. La trama, una escena de celos y llanto que terminó en un verdadero escándalo. El remate: un hombre en la comisaría. Gracias a esta última parte se ventilaron una serie de detalles que nadie se esperaba.
En el lugar se encontraban una partida de clientes. Uno a uno los fueron atendiendo. Cuando ya la cosa se calmó un poco y el tráfico se alivianó un toque, ella se acercó a él. Se notaba al comienzo que la charla era fluida. Las manos iban y venían. Los gestos no se quedaban atrás. En un momento dado, ella empezó a levantar la voz.
Segundo a segundo la cosa se fue intensificando hasta que se pudrió todo. Arrancaron las agresiones verbales, algún que otro manotazo voló por el aire y las amenazas dijeron presente. Por eso, le tuvieron que pedir a la mujer que se retire del lugar.
Al toque, el hombre se fue a la comisaría a realizar una denuncia por amenazas. Al tomarle los datos, ¡resultó que el “picaflor” era casado y la mujer era su amante! De todos modos, más allá de lo que pase dentro de la casa, le concedieron una orden de restricción para que la compañera de trabajo, con la que mantenía una relación “extra”, ya no se le acerque.