El director artístico de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París, Thomas Jolly, negó este domingo haberse burlado de la Última Cena de los evangelios en uno de los momentos del espectáculo, criticado por la extrema derecha y el episcopado católico.
“Nunca encontrarán por mi parte ningún deseo de burlarme, de denigrar nada. Quise hacer una ceremonia que reparara, que reconciliara. También que reafirmara los valores de nuestra República”, dijo a la cadena de televisión BFMTV el director artístico de la ceremonia de apertura, Thomas Jolly.
En uno de los momentos de la ceremonia del viernes pasado, llamada “Festividad”, aparecía un grupo de personas en una larga mesa, incluidas varias drag queens, que recordaba la Última Cena, la comida final que según los evangelios Jesús compartió con sus apóstoles antes de su crucifixión.
La conferencia episcopal Francesa (CEF) condenó el sábado lo que considera “escenas de mofa y burla del cristianismo”.
Pero según Jolly, la Última Cena “no fue mi inspiración”. “La idea era más bien hacer un gran festival pagano conectado con los dioses del Olimpo… Olympus… Olimpismo”, aseguró.
“Creo que estaba bastante claro que era Dioniso quien llegaba a esa mesa. Esta ahí porque es el dios de la fiesta (…) y el padre de Secuana”, la diosa y personificación del río que cruza París.
En este sentido, varias cuentas de redes sociales remitían al cuadro “El festín de los dioses”, una obra del siglo XVII firmada por Jan Harmensz van Biljert y conservada en un museo de Dijon, en el este de Francia.
Por su parte, el comité organizador de los Juegos dijo el domingo que no hubo intención de faltarle el respeto a nadie.
“Nunca hubo ninguna intención de faltarle el respeto a ningún grupo religioso en absoluto”, abundó Anne Descamps, directora de comunicaciones del comité organizador (COJO) en una conferencia de prensa.
“Si alguien se sintió ofendido, lo sentimos mucho”, añadió.
El propio Philippe Katerine quitó también hierro a la polémica, diciendo a BFMTV que “si no hubiera polémica, no sería divertido”.
El arranque de la escena, que incluía a las drag queens Nicky Doll, Paloma y Piche, fue fustigado por un amplio abanico de actores políticos: desde la conferencia episcopal francesa, que habló de “mofa” al cristianismo, a diputados de extrema derecha locales -espectáculo “woke”, dijeron- y Matteo Salvini, el líder de la Liga italiana, que tiene un marcado carácter antiinmigración.
A pesar de la polémica sobre algunos momentos, la ceremonia fue acogida en Francia con entusiasmo casi unánime.
Fuente: Agencias Internacionales.