La abuelita, con un carisma impresionante, se ganó el corazón de todos. (Foto: Gentileza / Belén Duarte)

Hace un par de años, hubo una imagen que les partió el alma a todos aquellos a quienes les corre sangre por las venas. La misma dejaba ver una angustiada anciana, con la cabeza abajo, “desayunando” tristeza, en una casa por demás humilde donde las necesidades resaltaban en cada metro cuadrado. Se trataba de la abuela Pabla, en aquel entonces de 97 años. Rápidamente se hizo conocida y con su gracia tocó el corazón de todos. Hoy, esa llama de amor se apagó.

Oriunda del barrio Roberto L. Pettit, llegó para instalarse en la memoria afectiva de propios y extraños luego que su historia se hiciera conocida gracias a publicaciones hechas por una joven llamada Belén Duarte.

“Es imposible no encariñarse. Yo la conocí de casualidad, en el 2021, y desde ese entonces no la dejo de visitar. Empecé a ayudarla pagándole una vianda para el almuerzo, de lunes a lunes, pero ella necesita muchas cosas más que a mi ya me cuesta darle, por eso decidí dar a conocer su historia, para ver si otras personas también la pueden ayudar”, había contado a Crónica en su momento “Belu”.

Pabla fue mami y tuvo dos hijos, pero ellos partieron antes de tiempo y quedó solita. Con un carisma único y una gracia pegadiza que llenaba de afecto a quien la veía, rápidamente se ganó el cariño de mucha gente.

Desde haces unas semanas, su cuadro de salud se comenzó a complicar. La situación se puso complicada y, si bien es cierto que en un momento parecía que se venía el repunte, finalmente Dios decidió que era tiempo que lo acompañe.