Ambas mujeres fueron pilladas con cosas prohibidas en la penitenciaría. (Foto: Gentileza)
Las dos fulanas se prepararon con todo. Se maquillaron, se hicieron las cejas “doble ancho”, se pintaron las uñas y, muy probablemente, también se perfumaron toda para no apestar a sudor de preso. Es que iban a la “privada” de la cárcel y buscaban no llamar la atención que, justamente, se logra llamando la atención. Sin embargo, unos bultos que llevaban las condenaron.
Había sido que las doñas, una de ellas de 27 años y otra de 20, estaban “escondiendo” celulares y chips de telefonías nacionales. Como eso está prohibido, ambas fueron cachadas luego de estar con sus “amorsis”, uno preso por homicidio doloso y el otro por violencia familiar. Lindos mitã’i.
Al respecto, el director de la Penitenciaría Regional de Ciudad del Este, Benjamin Ozuna, mencionó que se está investigando si existió complicidad de funcionarios para que los teléfonos celulares entren a la cárcel. De hecho, una de ellas es reincidente y ya tenía prohibido ingresar porque alguna vez se quiso hacer de la “viva” intentando meter objetos prohibidos.