La soledad crece en la sociedad, pero se torna un problema preocupante cuando alcanza a la tercera edad. Es el caso de Juana López una vecina del barrio del Carmel (Barcelona) que tiene 89 años y vive sola en su piso. La finca no tiene ascensor y salir de casa, sobre todo los dos últimos años, a causa de sus problemas de movilidad, se había convertido en una odisea. Juana forma parte del 28,9% de los mayores de 70 años de Barcelona que viven solos, según los últimos datos disponibles del padrón municipal. Una soledad no deseada que, sumada a las barreras arquitectónicas que aún perviven en la mayoría de ciudades y edificios, puede condenar a las personas mayores a vivir recluidas en sus casas.
Los hijos de Juana la visitan a diario. Le cocinan, le hacen la compra y la ayudan en todo aquello que pueda necesitar. Quieren que viva con ellos, pero ella quiere seguir viviendo en su casa porque, a pesar de sus problemas de movilidad, deambula por casa sin problemas y es autónoma para las actividades cotidianas.
Hasta hace poco sus salidas tan solo se limitaban a ir a las visitas médicas con la ambulancia y poca cosa más, hasta que se incorporó al proyecto ‘Baixem al Carrer’ de la Creu Roja. Cada semana, Álex, un voluntario de la entidad, va a su casa para ayudarla a bajar a la calle y Manel, otro voluntario, la pasea por el barrio. Este proyecto, desarrollado junto al Ayuntamiento de Barcelona, lleva más de una década activo y atendió a 215 personas en Barcelona durante el año 2023.
“Aunque tiene mucha relación con la familia y se siente cuidada, ha tenido que abandonar parte de las relaciones y vínculos que tenía con vecinos y amistades. Ha perdido el contacto social frecuente y la participación social activa, cosa que produce un aislamiento social no buscado”, explica Manel.
100 mil personas centenarias en 2050
El enevejecimiento es un fenomeno que va a crecer en las próximas décadas. Las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) calculan que habrá más de 100.000 personas centenarias en 2050 (actualmente son casi 17.000). El INE también calcula que el 30% de la población en 2074 serán mayores de 65 años, mayormente mujeres. Por ejemplo, y en el caso de ‘Baixem al Carrer’, de las 215 personas atendidas, 157 fueron mujeres.
“No solo se trata de un aumento de población mayor de 65 años sino de una mayor esperanza de vida que trae consigo desafíos en términos de salud y bienestar, que incrementan las posibilidades de discapacidad y dependencia, además de un fenómeno que perpetúa desigualdades socioeconómicas, especialmente en el caso de las mujeres”, apunta Sonia Hernández, coordinadora de Programas de Personas Mayores y Personas Cuidadoras de la Creu Roja.
¿Qué retos comporta el envejecimiento?
Hernández afirma que existe una necesidad de asumir retos como la cobertura de necesidades básicas, promover la autonomía personal y participación comunitaria, dar apoyo a las familias en su cuidado y reducir la brecha digital, entre otras. En este sentido, lamenta que las estructuras relacionales y familiares se han vuelto más individuales, además del llamado “edadismo”, que genera una visión discriminatoria de las personas mayores.
“Para que la sociedad tenga en cuenta el envejecimiento y sus necesidades, hay que cambiar el discurso y la percepción sobre la vejez en la sociedad. Desde la Creu Roja impulsamos acciones de sensibilización para este cambio de visión hacia el buen trato a las personas mayores y la prevención e intervención al maltrato y abuso”, asegura.
Beneficios de una vida activa en la vejez
La salud y la soledad, aunque no lo parezca, estan muy relacionadas. Diferentes estudios han demostrado que aumenta el malestar emocional, estando relacionado con problemáticas de salud mental como la depresión, además de incrementar el deterioro cognitivo en el caso de las personas mayores o problemas como la hipertensión. Así pues, asegurar una vida socialmente activa conlleva múltiples beneficios también en la salud mental y física.
“Que las personas mayores o sin autonomía usuarias recuperen una parte, aunque sea pequeña, de las actividades que realizaban cuando podían salir solas y vuelvan a tener contacto social, les ayuda a reducir la sensación de aislamiento social y mejorar su salud emocional”, apunta Manel, que comenzó su actividad como voluntario hace 4 años después de jubilarse. “Recibo más de lo que doy, porque realmente se aprende mucho y se descubren realidades que puedes imaginar, pero no conocer directamente”, explica el voluntario de la Creu Roja.
¿Qué es ‘Baixem al Carrer’?
Con el programa ‘Baixem al Carrer’, las personas usuarias cuentan con la ayuda del voluntariado para salir de casa una vez por semana cuando existen barreras arquitectónicas como la falta de ascensor y, en el caso de no tener persona cuidadora o familiar que pueda acompañarle, también se le asigna un voluntario
La Creu Roja tienediferentes programas de atención a las personas mayores en Catalunya. Además de ‘Baixem al Carrer’, la entidad también cuenta con ‘Enreda’t’, el proyecto ‘Sempre Acompanyats’, ayuda complementaria a domicilio o atención a personas cuidadoras, etc.
“Actuamos con las personas de manera integral para que tengan las oportunidades y recursos necesarios para participar en la vida económica, social y cultural, accediendo a un nivel de vida y bienestar adecuado al contexto de la comunidad en la que viven. Para ello trabajamos de manera coordinada y de forma complementaria con los recursos y servicios de la comunidad, favoreciendo la inclusión y cohesión de la comunidad”, asegura Hernández.
¿Por qué hacerse socio o socia de la Creu Roja?
Los proyectos sociales que lleva a cabo la Creu Roja con personas en riesgo de exclusión son posibles gracias a las aportaciones económicas de personas y empresas socias.
Hazte socio o socia de la Creu Roja en su web o llamando al 900 104 971
“Enfrentando la soledad de la gente mayor”, por Josep Quitet, presidente de la Creu Roja en Catalunya
Vivimos en un mundo con una población cada vez más envejecida. Vivimos más años, con más soledad y esta situación es uno de los retos prioritarios a los que la Creu Roja intenta dar respuesta.
La organización se ha centrado en apoyar al colectivo de las personas mayores para mejorar su independencia y autonomía personal, a la vez que ha promovido acciones para que pueda incrementar y reforzar su red social tanto a través de tareas de acompañamiento, como de la realización de actividades grupales. Solo durante el año pasado, hemos atendido más de 26.500 personas grandes y cuidadoras.
Para hacer frente a esta realidad, desde la Creu Roja promovemos varios servicios, como por ejemplo las llamadas de seguimiento a colectivos vulnerables; el servicio de teleasistencia domiciliaria, que conecta cualquier persona las 24 horas del día y los 365 días del año, proporcionándole una respuesta inmediata, o proyectos como ‘Siempre acompañados’, ‘Bajamos a la calle’, o ‘Final de vida y soledad’, este último junto con la Fundación ‘la Caixa’.
De forma paralela a todos estos recursos, la Creu Roja trabajamos de manera integral y transversal desde todos sus programas para seguir cuidando y fomentando la participación comunitaria que, a la vez, repercute en las relaciones interpersonales y evita la soledad y sus consecuencias.