El paciente, un varón de 74 años acudió a Urgencias del Hospital Rey Juan Carlos (Móstoles) el pasado viernes 19 de julio con un cuadro febril y malestar general después de la picadura de garrapata días atrás en el municipio de Buenasbodas (Toledo), donde pasaba unos días en su segunda residencia.
El domingo 21 de julio, el Sistema de Alerta Rápida en Salud Pública (SARSP) activa la alerta por sospecha de Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo, y se envían las muestras para estudio microbiológico al Centro Nacional de Microbiología, confirmándose la infección por virus de la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC).
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (CCHF, por sus siglas en inglés) es una enfermedad causada por un virus transmitido por garrapatas.
Y lo hacen de manera directa, por la propia picadura del arácnido, o por contacto con secreciones o fluidos corporales de una persona infectada.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este virus “es una de las siete enfermedades epidémicas de mayor gravedad, y representa un gran riesgo para la salud pública”.
Altísima letalidad
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es especialmente preocupante por su alta letalidad en humanos.
- Hasta el punto de que entre un 10 y 40 por ciento de los contagios acaban en muerte.
Y por la falta de medidas de mitigación efectivas, y que no hay vacuna disponible ni para personas ni para animales.
¿Es una enfermedad nueva en España?
Esta patología -endémica en África, Medio Oriente y Asia- siempre se ha considerado una enfermedad exótica en España.
Sin embargo, un reciente estudio del Centro Nacional de Microbiología ha detectado el virus en garrapatas en cinco comunidades de la meseta y sureste peninsular.
El origen de esta investigación nace por la sospecha de que el virus estaba más extendido de lo que se pensaba.
Inicialmente se creyó que el primer paciente diagnosticado con fiebre hemorrágica de Crimea-Congo era un hombre que había estado paseando por el campo en Ávila.
Sin embargo, hasta ese momento, el virus solo se había detectado en garrapatas de Cáceres.
Por lo tanto, no se trataba del ‘paciente cero’.
Por eso se realizó un estudio retrospectivo que sitúa el primer contagio por este virus en 2013.
Es lo que se desprende del informe ‘Detección generalizada de múltiples cepas del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en garrapatas, España’.
Desde entonces se han detectado ocho casos de esta enfermedad en nuestro país:
- 1 en 2013
- 2 en 2018
- 3 en 2020
- 2 en 2021
Esta situación epidemiológica revela una distribución de la enfermedad más amplia de lo que se había estudiado previamente.
Análisis de 12.500 garrapatas
Tras analizar 12.500 garrapatas obtenidas de vegetación y animales, el estudio -dirigido por María Paz Sánchez-Seco, responsable del Laboratorio de Arbovirus en el Centro Nacional de Microbiología del ISCIII- ha confirmado que el virus está presente en
- Andalucía,
- Madrid,
- Castilla y León,
- Castilla-La Mancha y
- Extremadura.
“La garrapata Hyalomma es muy abundante en España y es muy posible que el virus estuviera circulando desde hace muchos años. La razón por la que ahora ha dado la cara puede ser por el cambio del suelo, de las explotaciones…”, explica Ángeles Sonia Olmeda, profesora en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid.
Sin embargo, pese a que las autoridades sanitarias han dado la voz de alarma, la investigadora aclara que «esta garrapata no suele picar a las personas, prefieren a la especie animal que al hombre», cuenta a Buscando Respuestas.
”Esto no quiere decir que no ocurran picaduras, pero están pasando en zonas muy concretas de España”.
¿Cómo es el virus de Crimea-Congo?
La fiebre hemorrágica, que es considerada como una enfermedad emergente en Europa Occidental, se acompaña de síntomas variados:
- Fiebre
- Dolor muscular
- Mareos
- Náuseas
- Vómitos
- Dolor abdominal
- Somnolencia.
Los pacientes graves pueden sufrir un rápido deterioro renal o insuficiencia hepática o pulmonar.
En el caso de infección por picadura de garrapata Hyalomma, la principal portadora del virus (aunque hay más de 30 especies capaces de transmitir este virus) y presente en Asia, Europa y África, el periodo de incubación suele ser de uno a tres días, con un máximo de nueve.
Sin embargo, si es por contacto con fluidos de un enfermo, el periodo asciende de cinco a seis días, con un periodo de incubación máximo de 13 días.
Con una tasa de mortalidad media del 30 por ciento, el fallecimiento de los pacientes más graves ocurre en la segunda semana tras la infección por el virus.
En España se han detectado ocho casos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo / Valcárcel y Olmeda
En aquellas personas con buena evolución, la mejoría comienza a partir del noveno día de la enfermedad. El tratamiento de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es difícil.
Según señala la OMS, se administra el antiviral Ribavirina, tanto en formato oral como intravenosa, aunque tiene una eficacia limitada. Por ello, la forma de tratar el virus es paliar los efectos de los síntomas a la espera de que la infección remita por si sola.
¿Es peligroso ir al campo?
La especialista es clara: no.
No obstante, es importante “tener esa conciencia que tienen en otros países donde hay garrapatas que transmiten enfermedades”.
Y por eso, lo primero que debemos tener en cuenta es el tipo de tejido con el que vamos vestidos.
- Usar ropa protectora (manga larga, pantalones largos, calcetines).
- Usar ropa de color claro para poder detectar fácilmente las garrapatas adheridas a ella.
Más allá del tipo de prenda, es fundamental una buena revisión exhaustiva después de un día de campo. Esa revisión se hace extensible a las mascotas, que deberán ir en todo momento con collares antiparasitarios, que no solo protegen contra la picadura de garrapatas, también contra pulgas, mosquitos o piojos.
- “Está claro que, si la garrapata no está prendida durante un periodo superior a 24 horas en nuestro cuerpo, las probabilidades de que transmita la enfermedad son bajas”.
Pero, ¿cómo podemos actuar ante una garrapata?
El Ministerio de Sanidad da las claves para eliminar garrapatas. Con una pinza sencilla, de punta fina, será más que suficiente.
Solo hay sujetar con la pinza el arácnido lo más cerca posible a la superficie de la piel y sacarlo intentando que no se separe ninguna parte del cuerpo.
“Se desaconseja la retirada de las garrapatas fijadas por los sistemas tradicionales (algodón con alcohol, aceite, vaselina, petróleo, anestésicos, cortarlas con una tijera, tirar con los dedos de ellas, aplicar calor, etc..), ya que han sido considerados de riesgo, facilitando el contagio de los patógenos que pudieran albergar”, señalan desde el departamento.
¿Qué ocurre con los animales domésticos? La docente recuerda que el uso de collar o pipeta protectora son el mejor remedio para prevenir la picadura por garrapata y que pudiera conllevar el contagio de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.
En humanos, subraya, utilizar “productos anti mosquitos” también son eficaces para evitar ‘sustos’.