Poco después de las 9:00 la jueza penal de garantías Especializada en Crimen Organizado, Rosarito Montanía, dio por iniciada la audiencia preliminar al procesado Miguel Ángel Insfrán Galeano, alias Tío Rico, considerado como uno de los líderes de una megaestructura criminal dedicada al narcotráfico y que fue anulada el 22 de febrero de 2022, mediante el operativo A Ultranza Py.
En la primera jornada, el fiscal de Lucha contra el Narcotráfico y Crimen Organizado Deny Yoon Pak, realizó la descripción de la conducta del acusado Miguel Insfrán, en base a que los hechos que le atribuye son la introducción al país y la remisión al exterior de sustancias estupefacientes, así como la comercialización ilícita de drogas y la asociación criminal.
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Luego del mediodía, la magistrada declaró la diligencia en cuarto intermedio y fijó para el lunes a las 8:30 la continuidad de la diligencia. Es preciso señalar que, el acusado Tío Rico participa de la misma a través de medios telemáticos con asistencia del abogado Fernando Caballero, desde el Penal Militar de Viñas Cue, mientras que sus abogados Álvaro Arias y Miguel Ángel Mendieta Fernández, lo hacen de forma presencial en Palacio de Jsuticia.
Es preciso señalar que el abogado Miguel Mendieta, actualmente está acusado por soborno agravado en calidad de instigador y coautor, pues había intentado hacerle llegar un teléfono celular a su representado Miguel Insfrán, hasta su celda de Viñas Cue. Para ello ofreció dinero al militar encargado de la guardia, según la acusación en esa causa.
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Tío Rico y Marset, una sociedad criminal
Según la teoría del Ministerio Público, desde que el uruguayo Sebastián Enrique Marset Cabrera -prófugo aún- frecuentó Paraguay, en 2018, se creó una organización criminal dedicada al tráfico de cocaína, que operó hasta el 2022, pues mediante el Operativo A Ultranza que comprendió más de 100 allanamientos y la participación de una veintena de fiscales, la estructura fue anulada.
Los líderes del grupo criminal serían el uruguayo Sebastián Marset, encargado de negociar la compra de la droga con delincuentes de Bolivia y, el paraguayo Miguel Insfrán, a cargo de mover la cocaína desde su descarga en suelo paraguayo, su acopio en varios puntos del país y su posterior exportación al exterior, especialmente, por la vía fluvial.
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Así, la cocaína era traída a Paraguay en aviones con matrícula boliviana, que descargaban la droga en la Reserva Natural Cabrera Timané, de Bahía Negra, en Alto Paraguay. De ahí era trasladada ya en aviones de las firmas ligadas a Tío Rico, a estancias de Presidente Hayes, Paraguarí y tinglados de Central, para su acopio y posterior salida a través de los puertos fluviales.
Para esas actividades, los considerados líderes de la organización criminal, Sebastián Marset, bajo los alias de “Omelte”, “Dor” y “Favo”; y Miguel Insfrán, bajo los apodos de “Macrón”, “Rally” y “Skoda”, coordinaban sus actividades mediante comunicaciones “encriptadas”, a través de aplicaciones como “SKY ECC”, “LINE”, “SIGNAL”.
En ese contexto, según la Fiscalía paraguaya la red narco ofrecía cada paquete de cocaína por US$ 12.000 a US$ 14.500, y al realizar la operación para el envío de la droga a África, por ejemplo, obtuvieron la suma de US$ 18.429.500.
En relación al mercado europeo, cada paquete de cocaína era vendido entre US$ 20.000 a US$ 25.000, por cada kilogramo. A través de esto se estima que el grupo criminal obtuvo según la cantidad de droga descubierta, 17.340 kilos de cocaína, la suma US$ 433.500.000.
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Infraestructura de Tío Rico al servicio de grupo narco
De acuerdo con datos que constan en la acusación Nº 4 presentada por el fiscal Deny Yoon Pak, contra Miguel Ángel Insfrán Galeano, alias Tío Rico, este era quien lideraba en Paraguay el esquema logístico en relación a la cocaína que era adquirida de Bolivia por el uruguayo prófugo Sebastián Enrique Marset Cabrera.
La mercancía ingresaba a territorio paraguayo en avionetas con matrículas bolivianas, que bajaban en pistas clandestinas preparadas en la Reserva Natural Cabrera-Timané ubicada en el Alto Paraguay, a pocos kilómetros de Bahía Negra.
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A partir de ese punto entraba al juego Miguel Ángel Insfrán Galeano, con la puesta a servicio de sus empresas Barakah SRL y El Porvenir SA, principalmente. La primera, si bien se dedicaba al rubro del transporte terrestre con tractocamiones, tenía registrado a su nombre el avión Cessna 210E, con matrícula ZP-BOP; mientras que la segunda se dedicaba a la metalúrgica.
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De hecho, esta aeronave Cessna 210E, con matrícula ZP-BOP fue incautada durante los allanamientos del operativo A Ultranza en el “Hangar 23″ de la ciudad de Luque. Sin embargo, la misma había caído ya el 8 de octubre de 2020, cuando el fiscal asesinado Marcelo Pecci y la fiscala Alicia Sapriza habían intervenido el hangar del Aeroclub Arrayán de Areguá. Ese procedimiento anuló las movidas de Tío Rico y Sebastián Marset en ese tiempo.