Publicado:
La pérdida de peso, un método predilecto de varios atletas para lograr mejores resultados, no solo perjudica la salud, sino también no se revierte rápidamente, sobre todo en el caso de las mujeres.
Un reciente estudio ha puesto en tela de juicio la creencia de los atletas de élite de que perder peso mejora su rendimiento, sobre todo en deportes que requieren mucha resistencia como correr, nadar, andar en bicicleta y remar.
“Es especialmente problemático entre las atletas de resistencia. Muchos atletas se centran mucho en el peso en sus respectivos deportes. En consecuencia, tienden a pasar por períodos de pérdida de peso breves pero intensos con la expectativa de tener un mejor rendimiento”, expresó Ylva Hellsten, del Departamento de Nutrición, Ejercicio y Deportes de la Universidad de Copenhague, que participó en el estudio sobre los efectos de la baja disponibilidad de energía entre las atletas, publicado en la revista Redox Biology.
“Sabemos que el fenómeno de no comer lo suficiente está asociado con muchas cosas que son perjudiciales para la salud, incluida la falta de períodos, la salud ósea comprometida y cambios en el metabolismo. Pero todavía hay muchas cosas que no sabemos. Como tal, investigamos algunas de las posibles consecuencias”, comentó Jan Sommer Jeppesen, el autor principal del estudio, en un comunicado de la universidad.
Rendimiento reducido y otros impactos
Para el estudio, los investigadores reclutaron a doce triatletas femeninas, las cuales tenían una ingesta energética normal. Durante la prueba, las atletas recibieron suficientes calorías durante 14 días, después de lo cual se evaluó su rendimiento. Las mismas atletas también pasaron por un período de 14 días durante el cual consumieron alrededor del 50 % de sus necesidades energéticas, pero seguían su programa normal de entrenamiento intensivo.
Durante el período con calorías insuficientes, las atletas perdieron un promedio de aproximadamente el 4 % de su peso corporal, aproximadamente la mitad fue masa muscular, y experimentaron una pérdida de rendimiento.
Otra consecuencia de reducir las necesidades energéticas ha resultado en un deterioro del sistema inmunológico. “Entre otras cosas, vimos que una ingesta insuficiente de energía se asociaba con un aumento del estrés sistémico. Las atletas tenían un gran aumento de cortisol, una hormona del estrés, y un nivel de estrés drásticamente mayor en las células inmunitarias”, sostuvo Jeppesen.
Tres días de ‘realimentación’ no ayudan
Después de 14 días de baja disponibilidad de energía (LEA), las atletas se sometieron a un período de ‘realimentación’ de tres días, durante el cual se les proporcionó suficiente comida.
“Esperábamos que los tres días de suficiente comida restaurarían su rendimiento, y tal vez incluso lo mejorarían, pero no hubo respuesta. No se ha observado absolutamente ningún efecto. Su desempeño fue tan degradado como antes de los tres días,” manifestó Jeppesen.
Esto nos dice que los efectos negativos no se pueden revertir reponiendo rápidamente las reservas de energía, que es una estrategia utilizada por muchos atletas”, señaló Jeppesen.
Las mujeres son más vulnerables
La diferencia de género se debe en parte al hecho de que la baja disponibilidad de energía puede hacer que los niveles de estrógeno de una mujer bajen drásticamente. Dado que el estrógeno protege el sistema circulatorio, los músculos y los huesos, la pérdida de estrógeno tiene amplios efectos en la fisiología de la mujer, aclararon los científicos.
Los investigadores esperan que los resultados del estudio ayuden a crear una mayor conciencia sobre el fenómeno.