Un artículo publicado recientemente por la revista Muy Interesante detalla la impresionante hazaña de ingeniería del puente de Trajano sobre el Danubio, construido en el siglo II d.C. Este colosal puente, con una longitud superior a 1 kilómetro, fue una de las mayores obras de la Antigua Roma.
Diseñado por el renombrado arquitecto Apolodoro de Damasco, el puente medía aproximadamente 1135 metros y estaba sostenido por veinte arcos de madera sobre pilares de mampostería, reflejando el ingenio y la capacidad de los romanos para enfrentar y superar los desafíos técnicos de su tiempo.
El puente fue crucial para las campañas militares y logísticas del emperador Trajano, facilitando el movimiento de tropas y suministros hacia las provincias de Dacia y Moesia. Además, simbolizaba la supremacía romana y su habilidad para conectar vastos territorios bajo su control. La estructura fue un testimonio del poder y la permanencia del Imperio romano, cuya imagen fue incluso inmortalizada en monedas emitidas en el año 104 d.C.
Sin embargo, el destino del puente cambió bajo el gobierno de Adriano, quien adoptó una postura más defensiva y ordenó la demolición parcial del puente para prevenir su uso por enemigos. A pesar de su declive, los restos del puente, redescubiertos en el siglo XIX, siguen siendo un importante hito arqueológico y un recordatorio de la grandeza y la innovación de la ingeniería romana.