El mejor jugador francés, Mbappé, tenía todos los números para convertirse en la estrella de la Eurocopa. Pero el gran fichaje del Madrid se marchó con más pena que gloria. Nunca rindió a la altura de su fama y fue incapaz de asumir el liderato de su selección. El fichaje galáctico de Florentino se deshinchó en puertas de dar el salto al Bernabéu hasta el punto de que muchos opinan que el elevado coste de la operación puede ser un mal negocio. Por el contrario, un jugador que llegó sin la titularidad asegurada, en edad juvenil, con una inexperiencia manifiesta y como una apuesta arriesgada en un campeonato de máximo nivel, se convirtió en los primeros partidos en el jugador revelación y, después de su demostración ante Alemania, en la gran figura del que todos hablan por encima de la mediocridad general. Lamine Yamal brilla con tanta fuerza que es la luz que ilumina a la Roja en puertas de la gran final. Un chaval que juega con desparpajo y efectividad con 17 años recién cumplidos.
Al Barça le ha tocado la lotería por segunda vez. Primero fue con Messi, un diamante en bruto crecido, formado y pulido en La Masia que se convirtió en el Nº1 mundial. Ahora con Lamine se vive un cierto paralelismo, un fenómeno emergente con clase y físico para llegar a lo más alto. Un valor fruto de la tan criticada inmigración que el Barça ha sabido conducir por el buen camino en la mejor escuela de futbolistas del mundo. Hijo de un marroquí de 35 años y de una guineana, criado en un barrio humilde de Mataró, Rocafonda, es un jugador con ADN blaugrana, sentimiento culé y una madurez impropia de su edad.
Lamine, al igual que Messi en su día, ha costado cero euros al Barça y su precio en el mercado hoy podría alcanzar los 250 millones. Pero el negocio no es traspasarlo, el negocio es convertirlo en un número 1 que potencie al club a nivel deportivo y genere intereses comerciales de largo alcance. Lo que toca ahora a la vista de su enorme potencial es formarlo sin urgencias ni presiones, con buenos tutores que le alejen de las malas compañías. Hay que ser muy conscientes de su edad, cuidar su desarrollo físico, proteger su salud mental y conseguir que crezca alejado de los peligros que generan la fama y el dinero.
Esta noche Lamine pasará una reválida mundial en Berlín, aunque la tiene aprobada de antemano con sobresaliente por su trayectoria en el campeonato. Millones de personas estarán pendientes de su juego. Hoy juega de extremo pero, con el paso de los años acabará jugando de Messi, en una posición más centrada del campo donde toque más balones y sus acciones sean más determinantes. Tiene talento, formación y clase para hacer historia en el Camp Nou.