Los países nórdicos y bálticos estudian restringir sus relaciones con Hungría, país que ejerce la presidencia de turno del Consejo Europeo, ante el malestar por los viajes de su primer ministro, Viktor Orbán, a Moscú y Pekín, así como su encuentro con el expresidente estadounidense y candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump. Alemania, por su parte, ha alertado de las consecuencias de la presunta “misión de paz” del líder húngaro para el conjunto del bloque comunitario.
“Estamos en el día 12 (del semestre de presidencia húngara) y ha provocado ya muchos daños sobre el terreno“, resumía un portavoz de la ministra de Asuntos Exteriores germana, Annalena Baerbock, acerca de la serie de “viajes sorpresa” emprendidos por su cuenta y riesgo por Orbán. El lenguaje de Berlín es bastante más explícito que las más advertencias de Bruselas insistiendo en que el líder húngaro no acudió a Moscú ni a Pekín ni mucho menos a la residencia de Trump en Florida como “representante” de la UE.
Hungría asumió la presidencia de turno del Consejo Europeo el pasado día 1 de julio y Orbán sorprendió a sus socios con una “misión de paz” no consensuada y más cercana a la línea de Vladímir Putin y de Trump que de la UE o la OTAN. Un día se desplazó en Kiev para reunirse con el ucraniano Volodímir Zelenski, al siguiente lo hizo en Moscú y luego continuó hacia Pekín. Estas visitas culminaron el jueves con la escapada al encuentro con Trump, al cierre de la cumbre de la OTAN en Washington presidida por Joe Biden.
Deserciones
Estas salidas en solitario no serían tan extrañas en el líder del ultranacionalista partido Fidesz, reconocido aliado del presidente ruso y del expresidente estadounidense. Pero el hecho de que coincida con el semestre de presidencia húngara rompe los esquemas.
Según Berlín, no hay planes por el momento para desposeer formalmente a Hungría de la presidencia de turno. Pero desde el báltico y nórdico han empezado a haber deserciones en lo que a las reuniones ministeriales de la UE en Hungría se refiere. Desde el Ministerio de Exteriores de Suecia se ha advertido ya de que se restringirán “a mínimos” la presencia de sus representantes en la capital húngara. Estonia y Letonia han anunciado asimismo que reaccionarán al proceder de la presidencia húngara, aunque sin concretar cómo lo harán. La cumbre de la UE en Budapest peligra, según fuentes lituanas, ya que podría ser que su presidente, Gitanas Nauseda, declinara asistir.