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Los pacientes se quitan la vida con solo presionar un botón que hace que el nitrógeno inunde la cápsula de suicidio, provocando asfixia al desplazar completamente el oxígeno en menos de un minuto.
El primer fiscal del cantón de Schaffhausen (Suiza), Peter Sticher, amenazó al operador de la controvertida cápsula suicida Sarco con consecuencias penales si finalmente se utiliza en el territorio, informa en exclusiva el periódico local Blick, con referencia a una carta dirigida a la dirección del proveedor del servicio, la organización Exit Switzerland. La cápsula, denominada el ‘Tesla de la eutanasia‘ por su creador, el médico y activista australiano de 76 años Philip Nitschke, iba a tener su debut en Suiza este mes.
Funcionamiento de la cápsula de suicidio
Según la descripción que aparece en la web de Exit Switzerland, los pacientes usuarios de Sarco se suicidan con solo presionar un botón. Al activar el mecanismo, el nitrógeno inunda la cápsula y provoca asfixia al desplazar completamente el oxígeno en menos de un minuto.
“Sarco tiene como objetivo provocar una muerte hipóxica (con poco oxígeno) e hipocápnica (con poco dióxido de carbono). Es similar a lo que ocurre cuando un avión se despresuriza. Además, la experiencia de estar en un entorno con poco oxígeno puede ser embriagadora y provocar una sensación de euforia leve“, señalan los desarrolladores.
Eutanasia sin fines de lucro
Desde la perspectiva de Sticher, la implementación de la cápsula podría ser penada con hasta 5 años de prisión. El fiscal recuerda que el artículo 115 del Código Penal de Suiza establece que puede ser objeto de sanción “inducir y ayudar al suicidio por motivos egoístas“, por lo que la obtención de ganancias financieras por un suicidio voluntario constituiría una contravención. La gran mayoría de las organizaciones de eutanasia funcionan estrictamente como entidades sin fines de lucro para evitar violar esta regla.
La carta también señala que la solicitud de permiso de Exit Switzerland al cantón de Schaffhausen era tan vaga que falta “información fiable sobre el método de muerte” y “no está del todo claro quién tiene control sobre qué proceso mecánico durante el proceso de muerte“. Después de que el fiscal enumerara otro grupo de inconvenientes, concluyó que, si se utiliza la cápsula suicida, se deberá iniciar “absolutamente” un proceso penal.