La historia de los nuevos medicamentos para adelgazar, los agonistas del receptor GLP-1, que favorecen el control glucémico y la pérdida de peso al ralentizar el vaciado gástrico y reducir el apetito, es polifacética. Aunque la facilidad con que se recurre a estos fármacos sigue siendo preocupante, pues pone en peligro su disponibilidad para las indicaciones aprobadas, principalmente la diabetes tipo 2 pero también la obesidad y el sobrepeso para algunos, siguen surgiendo aspectos problemáticos, inesperados en algunos casos, en relación con su uso.
No estamos hablando únicamente de la disminución del deseo de beber alcohol, ni de los efectos beneficiosos que parece tener sobre la salud cardiovascular, reduciendo la insuficiencia cardiaca y el riesgo de infarto y derrame cerebral, sino de la posibilidad de que medicamentos como la semaglutida, la liraglutida o la tirzepatida, incrementen la fertilidad fomentando el nacimiento de bebés no deseados. Un fenómeno que se ha popularizado en las redes sociales y que varios medios de comunicación han reavivado con la expresión “bebés Ozempic”, el nombre comercial del fármaco más popular dentro los agonistas del receptor GLP-1, a base de semaglutida.
Aunque en México la venta de Ozempic requiere receta, su compra indiscriminada como tratamiento milagro contra la obesidad ya afecta a los pacientes de diabetes mellitus que la necesitan.
¿Embarazos inesperados por inyectarse semaglutida?
Se habla de que mujeres con problemas de infertilidad han quedado embarazadas después de administrarse el medicamento, más o menos de forma sorpresiva en algunos casos y completamente en otros, ya que esta situación también se ha registrado en mujeres que tomaban anticonceptivos. Pero, ¿son de verdad tan inesperados estos embarazos?
Intentemos reunir lo que varios expertos, principalmente de medicina reproductiva y ginecólogos, han comprendido sobre el uso de los agonistas del receptor GLP-1 y las supuestas repercusiones sobre la fertilidad. El efecto “bebés Ozempic” podría ser consecuencia de la pérdida de peso, y en este caso bastante previsible, pero no solo debido a ello.
La obesidad, un riesgo para la fertilidad en hombres y mujeres
“Los bebés Ozempic son una realidad anunciada”, comenta a WIRED Italia Rossella Nappi, jefa de U.O.S.D. Obstetricia y Ginecología – Procreación Médicamente Asistida de la Fundación IRCCS Policlínico San Matteo de Pavía. La razón es que existe una relación bastante estrecha, entre el peso adecuado y la posibilidad de embarazarse, recuerda la experta. “La masa grasa es un órgano endocrino, produce hormonas, como los estrógenos, que pueden interferir en la función hipofisaria y, por tanto, en la ovulación”, explica Nappi. “Al mismo tiempo, la resistencia a la insulina que se genera cuando hay demasiada masa grasa afecta a las funciones del ovario per se, favoreciendo la producción de más hormonas masculinas y de ovocitos de peor calidad. En los hombres, la obesidad también hace que los espermatozoides sean más frágiles, más lentos”. El resultado es que la obesidad, la diabetes, pero también el sobrepeso, dificultan que una mujer quede embarazada.
Pero incluso cuando tiene lugar la reproducción asistida, algunos estudios sugieren que las alteraciones metabólicas observadas en presencia de obesidad hacen más complejas las etapas posteriores, como la implantación del ovocito fecundado. Y todos los diferentes pasos de las técnicas de reproducción asistida o ART (por sus siglas en inglés) también se vuelven menos eficaces cuando hay obesidad, según destacó la propia Nappi hace algún tiempo en las páginas de The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.
“Cuando vuelves a tu peso ideal, con un margen de tiempo bastante limitado, disminuye la señal de estrógenos en el cuerpo, lo que favorece la reanudación de la ovulación”, prosigue Nappi, “y cuando vemos que las mujeres, quizá con actividad física y dieta, consiguen perder peso, entonces llegan los embarazos”. Lo ideal, según la experta, sería mantener un índice de masa corporal entre 21 y 23.