El estudio publicado en Science antes mencionado indica que la cultura dentro de las profesiones STEM promueven la “despolitización o la exclusión de preocupaciones percibidas como sociales o políticas en el trabajo”. La introducción de cuestiones de diversidad e inclusión o la mera presencia de personas que se identifican abiertamente como LGBTQIA+ llega a percibirse en contextos STEM como una violación a su presunta despolitización y una amenaza a la “objetividad” de los estudios.
Para Antígona Segura hay cosas que urge reflexionar desde la academia. “Hay prejuicios acerca de ciertas poblaciones, prejuicios sobre quién posee la sabiduría y quién es ignorante. Es muy difícil que estemos conscientes si no hacemos el ejercicio de verlo”.
Alfredo Carpineti, presidente y fundador de la organización “Pride in STEM”, indicó en entrevista con la revista Frontiers que “cuando reconocemos que la ciencia es una cuestión de opciones, sacamos a la luz lo que realmente es la ciencia: una herramienta para la humanidad”. En ese mismo sentido, precisó, se debe reconocer que el trabajo de la comunidad científica es la que guía los esfuerzos de investigación.
Algo más que suele pasar, comenta Segura, es que no se nombra la existencia de las personas LGBTQI+ en el trabajo científico. En su caso, fue hasta años después de concluir su carrera cuando supo que mujeres con las que compartió tiempo eran lesbianas o bisexuales, “todas jugábamos a ser heteras en ese momento. Era algo de lo que no se hablaba. Yo no sabía de una sola investigadora que fuera abiertamente lesbiana o un profesor gay”.
Un equipo internacional descubrió grandes cantidades de agua en un disco alrededor de una estrella joven, en la región en que surgen los planetas.
Sin una visualización deliberada de la comunidad LGBTQIA+, en particular en puestos de toma de decisiones y líderes de investigaciones, se tiene una falta de modelos a seguir en carreras STEM, algo que puede derivar en una fuga de talentos. El informe “Explorando el lugar de trabajo para científicos físicos LGBT+“ (publicado en 2019) reveló que el 28% había considerado dejar su trabajo porque sentían que había un clima de discriminación. En particular, un quinto de las personas trans dijeron considerar de forma regular abandonas sus puestos de trabajo.
Por otra parte un estudio de empleados federales encontró que los trabajadores LGBTQIA+ en agencias STEM, como la NASA y EPA, tenían experiencias laborales “más negativas que los trabajadores LGBTQIA+ en agencias no relacionadas con STEM”.
Ella misma, dice, se definió como lesbiana a los cuarenta y tantos años, después de estar casada 18 años con un hombre. “Hablando con otras lesbianas, notamos que la situación me ahorró un montón de cosas, haberme reconocido antes hubiera implicado una lucha extra todo el tiempo”.
Un estudio de 2020 mostró que “las mujeres LGBTQIA+ y las minorías de género experimentan un clima laboral más hostil en astronomía y ciencias planetarias, en comparación con las mujeres heterosexuales cisgénero”.
Algunos gestos dejan constancia de ello. En un artículo sobre mundos habitables, Segura Peralta cuenta que, a modo de protesta, la comunidad LGBTQIA+ nombra al telescopio James Webb Space como “Just Wonderful Space Telescope”, ya que porta el nombre de un político que “participó de forma activa en la exclusión de personas de la comunidad LGBTQIA+ de la NASA y otras entidades de gobierno”.
La simulación de la termodinámica de un disco gravitacionalmente inestable reveló que los cuerpos celestes formados a partir de nubes de gas no son simétricos en su nacimiento.
“Cuando dije soy lesbiana, ya era investigadora titular en un instituto, era una mujer económicamente independiente que había tenido un hijo; fue una especie de escudo contra muchas cosas discriminatorias, pero al no reconocerme abiertamente como lesbiana perdí tiempo en encontrar mi lugar, eso no es lindo, se siente como tiempo perdido”, comparte Segura.
Algunas encuestas que tratan de detectar experiencias como la de Seguro Peralta, en particular en Estados Unidos, indican la necesidad de impulsar la educación, políticas sólidas y esfuerzos para documentar mejor las desigualdades laborales de las personas LGBTQ en STEM. También apuntan la necesidad de que los comités de contratación y las agencias de financiación busquen activamente candidatos LGBTQIA+ y que pongan atención a los sentimientos y comportamientos anti-LGBTQ.
Lograr grupos más diversos juega en beneficio de las sociedades. Apostar por equipos no homogéneos se considera alentador en términos de soluciones más creativas e innovaciones científicas y técnicas.
“Las ciencia debería ser un lugar para todas las personas, hay que repensar cómo hacer una academia inclusiva, no solo diversa. Puedes proponerte hacer programas de diversidad para que las personas capaces de hacer ciencia lleguen, pero si luego haces ambientes que no son amables con todas las personas” entonces qué…
Hay decisiones que las instituciones deben tomar pensando en las necesidades de personas que no viven las mismas realidades, dice, incluido el enfoque interseccional, “ahí viene la inclusión”.
Al hacer comunicación de la ciencia, precisa, “es importante presentarla con toda su diversidad”. Por ejemplo, dice, cuando se trata de descubrimientos científicos, importa mostrar que estos no nacen de un genio, “sino de un entrelazamiento de coincidencias y circunstancias sociales”.