Después de las cigarras, es el momento de las arañas gigantes Jorō. Como viene ocurriendo desde hace unos años, esta temporada, en las ciudades del este de Estados Unidos no será raro toparse con arañas del tamaño de una mano: las arañas Jorō (Trichonephila clavata). Originarias de Asia, se cree que llegaron al Nuevo Continente, concretamente a Georgia, a bordo de un contenedor marítimo hace una década y, al encontrarlo cómodo, decidieron quedarse y multiplicarse. Aunque son tímidas y no son peligrosas para los humanos, algunos expertos los consideran una especie invasora que podría poner en peligro a las especies autóctonas. He aquí un esbozo de la araña gigante Jorō.
Orígenes
Como se ha mencionado, la araña Jorō gigante es una especie nativa deAsia, en particular de países como Japón, Corea, China y Taiwán. Se encontraron por primera vez en el este de Estados Unidos hace una década y se cree que llegaron a Georgia a bordo de contenedores de carga y, al encontrar un hábitat adecuado para ellas, consiguieron no solamente sobrevivir, sino establecer una población permanente y en expansión. De momento, se han encontrado en el centro-norte y noreste de Georgia, Tennessee y Carolina del Sur, pero los expertos creen que no será raro encontrarlos también en estados más septentrionales de la costa este.
Señales especiales
La araña Jorō gigante es una especie caracterizada por el dimorfismo sexual, es decir, existen claras diferencias entre hembras y machos: las primeras son más grandes y tienen el cuerpo de color amarillo y negro/azul, mientras que los segundos son más pequeños y marrones.
A pesar de su tamaño, son mansas y tímidas. En presencia de una amenaza, como un ser humano ante sus numerosos ojos, tienden a paralizarse durante más de una hora en lugar de atacar. Por eso prefieren tejer sus grandes lienzos, a veces muy grandes, al aire libre, evitando el interior de las viviendas. Sin embargo, no se dejan intimidar por las ciudades y el tráfico, por lo que puede ocurrir que acaben en medio de una telaraña hecha bajo un semáforo o una señal de tráfico.
¿Son venenosas?
Como la mayoría de las arañas, esta especie tiene veneno, pero no parece ser peligroso para los humanos, en parte porque las garras no parecen ser lo bastante grandes como para penetrar la piel humana. Una mordedura, sin embargo, podría causar reacciones como enrojecimiento, hinchazón y algo de fiebre, o quizá reacciones alérgicas. En caso de duda, mejor no molestarlas o intentar atraparlas con la mano.
¿Arañas voladoras?
Por la red podríamos leer que las arañas Jorō vuelan, pero es necesario hacer algunas aclaraciones. No tienen alas, pero, sobre todo cuando aún son pequeñas y ligeras, han desarrollado una forma de aprovechar las corrientes de aire: el fenómeno se llama balloning y consiste en producir hilos de seda que la araña adhiere a su propio cuerpo, siendo así arrastrada.
¿Un peligro para los ecosistemas?
La araña Jorō se ha convertido así en una de las especies de arácnidos no autóctonos (hay unas 60) en Estados Unidos, pero su impacto en los ecosistemas y las especies locales aún no está claro. Según David Coyle, experto de la Universidad de Clemson que publicó un artículo en la revista Ecology and Evolution el año pasado, donde se encuentran las arañas gigantes Jorō ha disminuido la presencia de varias especies de artrópodos autóctonos. Sin embargo, Andy Davis, de la Universidad de Georgia, quien también ha investigado esta especie, cree que el impacto en las redes tróficas o en los ecosistemas locales es mínimo por el momento. El fenómeno, en definitiva, necesita más investigación.
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.