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TN PRESS

La vigente política ciclotímica

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A modo ilustrativo, lo ciclotímico es una patología con rasgos de bipolaridad conductual, que se adecua perfectamente al comportamiento político de seudo dirigentes del rubro, que buscan constantemente protagonismo en el ámbito de la opinión pública.

Este trastorno de decir un día algo, al siguiente otro, cabe en casi la totalidad de actores políticos locales.

Los del Partido Colorado, no pierden una sola oportunidad para criticar las constantes desavenencias, que si bien son reales, no solo constituyen monopolio del gobierno municipal esteño. Y siguiendo en la ANR, se tienen prematuramente a candidatos con mismo problema de bipolaridad. Lanzar críticas y no tener autoridad moral para sostenerlas, es lo mismo que gritar un dolor propio indicando que es de otro. La llanura surte efecto, y los lloriqueos pierden razonabilidad.

Si bien no son falsedades, cuestionamientos a posturas caracterizadas por los mismos criticones, no tiene mucha autoridad. Hay en demasía acciones hipócritas. Ahora bien, esta patología también tuvo contagio en otros rubros, pero siempre en lo político, por lo que se extiende como una pandemia. Los “infectados” por asumir hoy una postura y al día siguiente desdecirse, ni siquiera se ruborizan por lamentables actitudes.

Para ejemplo basta mirar en los mismos movimientos colorados, donde la mayor parte era aliada y luego por codicias se dividen, y se vuelven a juntar. Echan pestes y culebras, en un momento y luego lo catalogan como grandes líderes, todo mediante el efecto de apoyo o no a proyectos políticos. Ni siquiera sonroja rostros las inconductas constantes de los políticos.

La amnesia no figura como dolencia ocasionada por el trastorno ciclotímico, por lo que evidentemente solo es propuesta de quienes siguen creyendo que el pueblo es torpe y tiene memoria corta. Los intereses económicos y políticos, también sostienen y prolongan el mal. Y por increíble que parezca el dinero y interés personal, son hospederos del “viru$”.

En ocasiones, la patología politiquera presenta fugaces coincidencias con actitudes patrióticas, como una falsa defensa de la cosa pública y la falta de transparencia administrativa en el municipio. En las instituciones oficiales surtió fuerte impacto igualmente, pues los otrora defensores de la aptitud, capacidad, idoneidad para contratar a funcionarios públicos, hoy sostienen como requisito de contrataciones con jugosos salarios el vedetismo, la prebenda y hasta el “chongismo”.

También los medios de comunicaciones son afectados por lo ciclotímico, pues de la noche a la mañana, los evasores, estafadores, aves de mal agüero, pasan a ser correctos, legales y palomitas de la paz. Sin lugar a dudas esta enfermedad es severa, peligrosa, y se encuentra impregnada en todas las esferas del Paraguay, hecho por el cual difícilmente se llegue a un cambio efectivo.

La situación es amplificada de manera periódica, pues todos quienes logran cargos, siguen los mismos vicios de anteriores, y quienes padecen del anonimato de poderes, empiezan a ver todo lo malo de otros. El pueblo es el que no debe seguir admitiendo estos males, pues el padecimiento la experimenta la ciudadanía. La medicina adecuada es exigir que lo correcto sea regla irrompible, independientemente al partido político al que se pertenezca o esté al mando de comunas y gobiernos departamentales.






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